La noche de este lunes 29, en el programa Mentiras Verdaderas, Eduardo Fuentes entrevistó a Lenin Guardia, el experto en inteligencia del primer gobierno de la transición y que en 2001 fue detenido por el caso Cartas Bomba a la Embajada de Estados Unidos. Guardia ahora está «Mi Verdad», su libro que habla del trabajo para desarticular al Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
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Guardia recordó que sus vínculos con el gobierno de Patricio Aylwin fueron con el entonces subsecretario del Interior, Belisario Velasco, y nunca tuvo relación con el Consejo Coordinador de Seguridad Pública, el organismo creado tras el asesinato del senador Jaime Guzmán y al cual algunos sectores apodaron “La Oficina”, nombre con el que pasó a la historia.
“Han querido opacar mi trabajo para resolver el crimen de Jaime Guzmán”, dijo Guardia. “Han hecho un mito de mi trabajo. Yo nunca tuve que ver con el Lautaro. Esto es una labor muy típica de ciertos sectores; muy típico de lo que hacen los que fueron formados en Inteligencia en la Alemania Democrática. Son especialistas en jugar con las personas. Es cosa de ver ‘La Vida de los Otros’”, señaló.
En cuanto a la solución del caso Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, Guardia acusó que fue Marcelo Schilling quien le filtró al diario La Nación que su esposa habría violado un secreto profesional y entregado información generada por la hermana de Ricardo Palma Salamanca, uno de los autores materiales del homicidio de Guzmán y también del secuestro de Cristián Edwards. Recordó que Schilling era un GAP, un guardaespaldas del Presidente Salvador Allende.
GAP: «Jóvenes con pistolitas»
“¿Quiénes eran los GAP”, se preguntó. “Eran unos jóvenes con pistolitas. La regla más sagrada de la Inteligencia es nunca meter a la familia”, dijo.
De todos modos sí confirmó que fue a través de su esposa que entró en contacto con la hermana de Ricardo Palma Salamanca. “Lo que ocurrió es que la señora Marcela Palma (hermana de Ricardo Palma) le pidió a mi esposa un contacto con el Ministerio del Interior y en un café llega mi señora, que es psiquiatra, y me presenta a Marcela. La tal violación del secreto no es tal. Estaba en juego la vida de una persona. La señora Marcela me dijo ‘Mi hermano está cuidando a Cristián Edwards’. En una entrevista que dio Palma a The Clinic les dijo: ‘Mi hermana no sé por qué se metió en mis problemas’”.
Además recordó que en ese tiempo “formé una red de 26 a 27 personas que nos nutrían de los diversos focos de delincuencia, narcotráfico, prostitución y prostitución infantil. Descubrimos que en la Rotonda Quilín había autos muy lujosos que subían a niñitos. Revisamos las patentes y fue mejor romperlos. Había de todo. Empresarios y gente del mundo de la política. El sector se reforzó con policías y se logró disminuir el tema”, dijo.