La jefa interina de la Policía del Capitolio de Estados Unidos, Yogananda Pittman, confirmó la muerte de uno de los agentes que fue embestido por un vehículo en uno de los puestos de control de acceso a la sede del Congreso.
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Tendrá un funeral con honores, como «mártir de la demoracia», se reveló.
El sospechoso, Noah Green de 25 años, salió del vehículo tras el impacto con la barrera blandiendo un cuchillo, momento en el que los agentes dispararon contra él. Falleció tras ser ingresado en el hospital.
«Salió del vehículo con un cuchillo en la mano. Nuestros oficiales se enfrentaron al sospechoso. No respondió a nuestras órdenes. Comenzó a arremeter contra los oficiales de la Policía del Capitolio, y dispararon contra él», explicó.
Los dos policías heridos, uno de ellos por arma blanca, fueron llevados de inmediato al hospital. El agente fallecido es William Evans, quien había estado en el cuerpo los últimos 18 años.
«Este ha sido un momento extremadamente difícil para la Policía del Capitolio de Estados Unidos, después de los eventos del 6 de enero», agregó Pittman.
Se trata del segundo policía del Capitolio que fallece en los últimos meses, después de la muerte del oficial Brian Sicknick, tras el asalto al Capitolio el 6 de enero por las heridas sufridas cuando estaba de servicio.
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La Policía del Capitolio comunicó que el otro agente herido tras el atropello se encuentra estable y su vida no corre riesgo.
Según la CNN, el sospechoso había publicado en sus redes sociales en las semanas previas al ataque varios mensajes en los que asegura que el Gobierno estadounidense «le estaba controlando».
Allí se muestra seguidor de la organización la Nación del Islam y del activista Malcom X.
«Mi fe es una de las únicas cosas que ha podido llevarme a través de estos tiempos y mi fe se centra en la creencia del honorable ministro Louis Farrakhan (líder del movimiento musulmán negro estadounidense ‘La Nación del Islam’) como Jesús, el Mesías, el último recordatorio divino entre nosotros», escribió Noah Green en una publicación en Facebook.
VERSIÓN DE LA CASA BLANCA
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó sus condolencias y las de su esposa, Jill Biden, por la muerta de Evans y reconoce la difícil labor que los agentes tienen ante sí protegiendo la sede de la soberanía del país.
«A Jill y a mí nos rompe el corazón enterarnos del violento ataque a un puesto de control del Capitolio, que mató al oficial William Evans y ha dejado a un compañero luchando por su vida. Enviamos nuestras más sentidas condolencias a la familia», ha expresado.
«Sabemos lo difícil que ha sido este momento para el Capitolio, para todos los que trabajan allí y para quienes lo protegen», reconoció el presidente de Estados Unidos, quien ha ordenado izar a media asta las banderas de la Casa Blanca.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, también emitió un comunicado sobre el incidente que ha calificado como «un inexplicable acto de violencia» y en el que dice que el «oficial William Evans hizo el máximo sacrificio para proteger el Capitolio y quienes trabajan allí en nombre del pueblo estadounidense».
Asimismo, se dirigió a la familia del policía fallecido y ha recordado el trabajo de todas las fuerzas de seguridad del Capitolio en este ataque así como el del pasado 6 de enero. «Lloramos con ellos durante este momento difícil», ha dicho.
«Seguimos orgullosos de los valientes hombres y mujeres que defienden el Capitolio, especialmente durante un período desafiante en el que se han enfrentado a dos ataques violentos y mortales», ha concluido el texto.
LEVANTAN EL CIERRE DEL CAPITOLIO
Si bien en un principio el jefe interino del Departamento de Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, descartó un atentando «terrorista», el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, sostuvo que «aún queda mucho por determinar» la naturaleza del ataque.
«Mis pensamientos y oraciones están con la familia, los amigos y los colegas del oficial de policía del Capitolio que perdió la vida protegiendo el símbolo de nuestra democracia», escribió Mayorkas en su cuenta de Twitter.
Un par de horas después del suceso se suspendió el cierre de las instalaciones del Capitolio, aunque sigue desplegado un amplio dispositivo de seguridad en las inmediaciones del edificio. La Guardia Nacional estadounidense ha puesto a disposición de las autoridades locales a unos 2.300 de sus efectivos.
Con motivo de las vacaciones de Pascua, la gran parte de los congresistas estadounidenses no se encontraban dentro de las instalaciones.