En la edición de este jueves 8 del programa “De tú a tú” de Canal 13, Martín Cárcamo entrevistó a Rafael Araneda en Estados Unidos. El animador dijo que entre otras cosas él y su familia decidieron irse a vivir fuera de Chile luego del asalto del que fueron víctimas en su casa, en agosto de 2017.
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“Fue traumático. Me sentí un inútil”, dijo cuando Cárcamo le preguntó por sus sensaciones en el momento mismo del atraco.
“Mi decisión, nuestra decisión, va después de vivir escenas de violencia en mi casa. Tuvimos un asalto súper violento. Vi que esto empieza a hacerse súper habitual. Es de todos los días. Es de todos los días. Entonces, uno no puede vivir así”, dijo el periodista a Cárcamo.
“Si uno teniendo condiciones, ¿qué pasa para la gente que vive en una población? Yo teniendo rejas, doble reja, pero ¿qué pasa para los que no? De partida no es portonazo, es invasión de la propiedad privada. Si aquí se habla de portonazo, ésa es la otra. La prensa habla de portonazo, pero no habla de violación de la propiedad privada. No habla de robo con intimidación. Se utilizan las palabras no adecuadas”, se quejó.
“Yo venía a las 9 de la noche, un domingo y se me meten seis delincuentes a la casa. Eso no es un portonazo. No estaban afuera. Se meten. Yo tenía a seis pelotas que no hubiera deseado nunca que entraran a mi casa y los tenía apuntando con pistolas y cuchillas a mi esposa y a mis hijos. Súper valientes además los hueones. Súper valientes. Al Vicente le ponen una pistola en la cabeza”, describió sobre esa escena.
De los seis que participaron en el robo, tres fueron a juicio oral. Dos fueron condenados y uno resultó absuelto.
Reflexiones posteriores
“Entonces esa huevá no puede ser”, se dijo Araneda. “Pasa a cada rato. Angustia total. Veía todo esto en cámara lenta. Me quería morir. Sentía que no podía proteger a los míos. Y otro hueón me tenía un arma acá. Otro delincuente. Otro desalmado. Otro hueón de mierda. Está repleto. Y eso es terrible. No poder defender, no poder proteger”, dijo.
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“Entregar todo y tener paciencia y no sé”, dijo sobre la decisión que tomó cuando ocurría el asalto. “Creo que me acompañó mi padre, porque no nos pasó nada. En lo físico. En lo emocional, duele mucho. Todos fuimos al psicólogo. Yo fui al psiquiatra. Cada uno vivió su proceso de forma distinta”, recordó.
“El proceso judicial siendo víctima no es justo. Yo tengo que aportar las pruebas, la fiscalía tiene que aportar las pruebas. La víctima tiene que dar la cara. Ellos tienen el derecho a quedarse callados. Y así y todo la justicia te dice que hay pruebas suficientes, pero para esto no más”, reveló Araneda. “Los videos no corren. La policía sabe quiénes son. Pero están libres. Yo quiero vivir tranquilo. Aquí no hay rejas, no hay llaves. Acá si un delincuente hubiera hecho lo mismo, le dan 40 años”.