Consternación e impacto mundial provocó el parricidio cometido por una mujer de Punitaqui, que con varios golpes terminó acabando con la vida de uno de sus dos hijos el pasado martes, un menor de siete años que falleció por edema pulmonar traumático por politraumatismos.
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Según relata el diario El Día, la mujer agredió al niño «con múltiples y fuertes golpes que le dio utilizando elementos contundentes como cinturón, cuchara de madera, golpes pie y manos, en distintas partes del cuerpo, causando múltiples hematomas, equimosis, escoriaciones en casi todo su cuerpo, erosiones en la región facial, equimosis en los brazos y piernas, en la región torácica, en el abdomen y glúteos».
Los detalles del escabroso crimen fueron aportados en la audiencia de formalización, donde el fiscal Carlos Jiménez presentó el caso, en el que explicó que la mujer, sin motivo alguno, empezó a agredir a su hijo en su vivienda ubicada en Calle El Estero, sector Cancha de Higuerita.
Por el crimen, el fiscal solicitó las penas consideradas en el artículo 390 del Código Penal, en el «contexto de violencia intrafamiliar, que se le atribuye en calidad de autora en grado de desarrollo consumado».
La defensora de niñez, Patricia Muñoz, querellante en la causa, se adhirió a la solicitud de la Fiscalía, y según informa El Día, pidió que decretara a la inculpada «la medida cautelar de prisión preventiva».
«Yo llevo 15 años en esto, y no deja de sorprenderme ni de dolerme tener que presenciar una audiencia en las cuales una madre está siendo imputada por aquello que precisamente resulta contrario a lo que uno esperaría de quien ejerce ese vínculo de parentesco», sostuvo Muñoz.
Por su parte, el abogado defensor de la acusada, Robin Valenzuela, aclaró que que la mujer aún sigue en estado de shock por el crimen y que, por lo mismo, no ha podido mantener una comunicación fluida con ella para conseguir «una justa defensa» de su caso.