Las autoridades de Reino Unido y Francia desplegaron patrullas militares en el canal de la Mancha ante la escalada de tensiones por los derechos de explotación pesquera, que han motivado una protesta de barcos de pescadores que temen perder cuota en el escenario post Brexit.
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Las negociaciones sobre la explotación de recursos es motivo recurrente de fricciones entre los dos lados del canal y este jueves decenas pesqueros galos organizaron una protesta ante la isla de Jersey, de tal forma que no pudiesen abandonarla otras embarcaciones, según la televisión pública francesa.
Envío de embarcaciones
El Gobierno de Boris Johnson respondió enviando dos buques de la Marina para «evaluar la situación», según un portavoz de Downing Street citada por la BBC. Las autoridades de Jersey también prometieron verse con los pescadores, que sumaron unos 60 barcos a su particular bloqueo del puerto de Saint Helier.
Por su parte, las autoridades francesas desplegaron otras dos patrulleras, según una portavoz de la prefectura marítima de la zona, para garantizar «la seguridad de la navegación y la salvaguarda de la vida humana», informa Franceinfo. En este sentido, apelaron a la necesidad de prevenir ante una posible escalada.
Los pescadores denuncian un recorte de las zonas y los periodos para faenar y han recibido el respaldo explícito del Ejecutivo de Emmanuel Macron, que incluso amenazó por boca de su ministra del Mar, Annick Girardin, con cortar la corriente a la isla si persistían las restricciones a las labores de trabajadores galos.
Llamado a la calma
París también pidió la intervención de la Comisión Europea, institución que aseguró que sigue atentamente los acontecimientos entre París y Londres, pero también pidió «muestras de moderación» y «calma» para encontrar una salida al conflicto.
En todo caso, la portavoz de Pesca del Ejecutivo comunitario, Vivian Loonela, ha especificado que Reino Unido exige unas condiciones «adicionales» a los 41 barcos europeos que solicitaron poder pescar en aguas territoriales de Jersey que no respetan el acuerdo que rige las relaciones comerciales entre ambas partes desde el Brexit.
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«Cualquier condición nueva para las autorizaciones que limiten las actividades pesqueras deben cumplir con los objetivos y principios del Acuerdo, pero también deben tener una explicación científica clara y racional», enfatizó la portavoz.
Además, Bruselas recordó que las condiciones para acceder a una licencia para pescar en aguas territoriales de la otra parte «no pueden discriminar» a las embarcaciones según su pabellón y tienen que ser notificadas «por anticipado» para que los buques y las autoridades nacionales tengan «tiempo para reaccionar».
El Ejecutivo comunitario considera que las nuevas condiciones, comunicadas a Bruselas el pasado lunes, no cumplen con estos criterios y por tanto «no deberían aplicarse».