Noticias

Asesinato de trans salvadoreña impacta a la comunidad LGBT internacional

Los migrantes transgénero formaron parte de las caravanas que intentaron llegar a la frontera de Estados Unidos en los últimos años. A Zashy la mataron de un balazo en la espalda.

(Salvador Melendez/AP)

Zashy Zuley del Cid Velásquez abandonó su humilde hogar en 2014 por el rechazo de su familia en la zona costera de El Salvador y migró a San Miguel, donde pensó que podría vivir sin discriminación ni violencia.

PUBLICIDAD

Sin embargo, fue víctima de humillaciones y golpizas por ser una mujer transgénero hasta que presuntos pandilleros la asesinaron en una calle solitaria.

“Zashy vivía desesperada, su familia no la quería por su preferencia sexual y los pandilleros la habían amenazado. Ella sabía que la iban a matar, quería huir del país, irse para los Estados Unidos, pero la mataron de un balazo en el pulmón”, dijo a AP Venus Nolasco, una mujer trans que dirige el colectivo LGBT “Perlas de Oriente”.

Los migrantes transgénero formaron parte de las caravanas que intentaron llegar a la frontera de Estados Unidos en los últimos años e incluso en esas movilizaciones enfrentaron acoso.

Un día después del asesinato de Zashy, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris identificó la violencia contra la comunidad LGBT en Centroamérica como una de las causas de la migración en la región durante una reunión virtual con el presidente de Guatemala, Alejandro GIammattei.

A sus 27 años, Zashy se sintió esperanzada con su nueva vida en San Miguel. Rentó una casa en la colonia Ciudad Pacífica, una zona con alta presencia de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) donde también vive su amiga Venus, pero los pandilleros comenzaron a hostigarla hasta que le propinaron una golpiza y le quebraron un brazo. “Le advirtieron que se fuera, pero ella no hizo caso”, cuenta Venus.

Amenazas de matones y pandilleros

Su amiga la acogió en su casa, pero un día los pandilleros la agarraron. “Se le llevaban, la querían matar, supliqué que no la mataran, que la dejaran libre y que ella se iba ir de la colonia”, relata.

PUBLICIDAD

En 2015, Zashy regresó a la casa de sus padres en la jurisdicción de Concepción Batres, departamento de Usulután, pero siguió el rechazo. “Querían que fuera un niño, trató de complacerlos, pero no pudo, sabía que era una mujer”, añade Venus.

Según agrega, Zashy trató de cambiar, se metió a la Iglesia y tuvo una relación con una muchacha con la que procreó una niña “pero me dijo: hay algo en mí que no deja de gustarme los hombres”. Regresó a San Miguel, rentó una habitación y cumplió el sueño de montar una sala de belleza, pero después fue asesinada.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la ONG Comcavis TRANS apoyaron a Zashy con asistencia humanitaria luego de haber sido forzada a huir. En 2020, la joven se encontraba en un proceso de formación para emprendedores y recibía apoyo de ambas organizaciones en el marco de un proyecto de protección y medio de vida para personas desplazadas internamente en el país.

Crímenes que quedan en el olvido

Tras abrir la sala de belleza, contrató otra mujer trans que le ayudaba y estaba teniendo éxito, por lo que pensaba expandir su negocio. La vida parecía sonreírle, pero la noche del pasado 25 de abril, cuando caminaba en una solitaria calle de San Miguel, Zashy recibió un balazo en la espalda.

Transeúntes la auxiliaron y la llevaron al Hospital Nacional San Juan de Dios, donde murió. Hasta el momento no se han producido capturas y Venus piensa que, como otros crímenes de odio perpetrados en el país, “quedará en el olvido, no les interesa lo que nos pasa”.

Venus denunció que en San Miguel, a 150 kilómetros al este de la capital salvadoreña, la comunidad trans vive en permanente hostigamiento de las personas homofóbicas, las pandillas, los agentes de la policía municipal y hasta de la Policía Nacional Civil, “que nada hace para investigar los asesinatos de la población LGTBI”.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último