Cuando aún espera por el inicio del juicio en contra de su expareja por abusos sexuales, Carolina Sepúlveda, la madre de Josefa Bruna, menor que falleció el 2 de septiembre de 2017 junto a otro joven de 19 años en un accidente de tránsito en la cuesta de Chagres, comuna de Catemu, recordó en el diario El Trabajo de Aconcagua los detalles de como se enteró de los abusos reiterados que su expareja cometió en contra de su hija.
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Fue el año pasado que la madre de la menor supo de los escabrosos relatos de Josefa, cuando después de tres años sin haber entrado a la pieza de la niña decidió ordenar el lugar. Y es que luego de varios años recordando a su hija y sufriendo por no haberla podido sepultar, ya que tras el accidente permaneció en coma por cerca de dos meses internada en un hospital, cuando salió de su estado se enteró que el cuerpo de la menor había sido cremado.
Con dolor y mucha pena, según relató al diario aconcagüino, fue que decidió entrar a la habitación de Josefa, lugar donde encontró una caja de zapatos que en su interior tenía una fotografía de ella junto a su tía Gabriela y sus dos hermanos menores, que Carolina tuvo con el presunto agresor sexual de la menor, y una carta en la que Josefa aseguraba que «quería desaparecer», que «se sentía sucia» y que «no entendía porqué el papá le había hecho eso», según relato de su tía Gabriela.
Con ese hallazgo es que la madre de la niña fallecida siguió buscando cosas en la habitación y de un pantalón cayeron unas hojas arrugadas que al abrirlas le permitieron a la madre conocer de los abusos sufridos por su hija.
«Los dejé en el suelo porque asimilé que era basura, entonces empecé a ordenar todos los cuadernos y cuando fui doblando la ropa una a una me dio por recoger el papel, lo abrí porque estaba doblado muy chiquitito, y me encontré con el relato de Josefa. La carta no iba dirigida ni a mí o a nadie, ella iba relatando todo lo que vivió con esta persona, creo que fue algo constante y por mucho tiempo que vivió con este hombre», cuenta Carolina, quien en ese momento inició las diligencias para conseguir justicia para su hija fallecida.
«Después de la funa que se hizo, que fue viralizada a nivel mundial, llegó la PDI a mi casa con el comisario Rivera a sacar fotos al dormitorio de Josefa, a revisar la ropa donde había encontrado las cartas, se pusieron a leer los cuadernos. El comisario Rivera encontró una croquera que dejó, la que se puso a leer y dijo ya claramente que estaba con una depresión. Claro, yo nunca había tomado atención a esas croqueras, y luego ahí la leí, ella sólo deseaba morirse, no estar más acá en esta vida, sólo deseaba irse arriba con Dios», explicó la mujer respecto de las primeras diligencias realizadas el 18 de julio del año pasado por la PDI en el caso.
La preocupación de Carolina a estas alturas no sólo incluye a su fallecida hija, sino que también a los dos menores que tuvo con el acusado, quien por varios años mantuvo la tutela de ellos en Alhué una vez que se separaron sin que él le diera algún motivo de la ruptura.
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«La más pequeña está a la espera de ser periciada por el SML, porque también está con sospechas de que ella también fue abusada», asegura.
«Llegué a la casa este hombre (su expareja). Me golpeó, me golpeó y me obligó a que me acostara con él, y yo llegué en silla de ruedas a mi casa, estuve dos meses en silla de ruedas, entonces yo no entendía porqué. Igual ahora todo me hace sentido porque en la carpeta investigativa declara su hija mayor de 23 años, de su primer matrimonio, donde ella hace mención que hace un año antes del accidente, su papá le había confesado que él se encontraba enamorado de una menor de edad, que era un amor imposible, entonces me hace sentido tantas cosas», revela Carolina, quien asegura que esa niña era Josefa.
«Yo creo que posiblemente, podría haber sido que a lo mejor se enamoró de Josefa, puede haber sido que sí, porque el diario de vida que yo encontré la hoja, ese diario, Josefa lo tenía cuando iba como en séptimo básico, tenía 12 ó 13 años. Por eso a ella un año antes del accidente le llegó su periodo, lloró todo el día, de hecho la tuve que llevar a un psicólogo. Porque lloró todo el día y se bañó, todo el día, decía que ella no quería ser grande, ¿por qué le pasaban estas cosas?, y no entendía por qué ella lo tomaba así, si era algo normal que estaba pasando. Yo ahora le encuentro sentido a todo, por qué ella protegía tantos a sus hermanos pequeños, por qué ella los cuidaba tanto, ¿por qué ese día que tuve el accidente no quería quedarse acá en la casa con él?, me rogó que por favor la llevara, por favor, y le tuve que decir que bueno, y eran casi la una de la mañana, si iba en pijama, fue a lo mejor porque no se quería quedar sola con él», se lamentó, al paso que aseguró que espera por una pronta resolución judicial del caso.
«Ya lo hablé con el fiscal Alejandro Bustos, a cargo del caso de Josefa y el comisario Rivera que es de la PDI de abusos sexuales de Los Andes, quien se encargó de toda la investigación y estoy muy agradecida de él, ya le enviaron la carpeta investigativa al abogado de él para que le prepare su defensa. Porque ya se fue todo a la Fiscalía Regional, entonces esperemos el juicio, que sea formalizado con cárcel y lo que el abogado me dice es que todo lo que hay en la carpeta investigativa apunta a eso porque, aunque Josefa no esté, sus cartas fueron periciadas, son de puño y letra de ella», apuntó.