El ministro del Trabajo de Rusia, Anton Kotiakov, informó que los empleados públicos que no quieran vacunarse contra el covid-19 en la nación podrán ser suspendidos de sus cargos o despedidos sin derecho a sueldo.
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«Si las autoridades sanitarias de una región hacen obligatoria la vacunación para ciertas categorías de trabajadores, un empleado no vacunado puede ser suspendido», señaló Kotiakov, quien aclaró que dicha medida se mantendrá mientras siga en vigencia el decreto de vacunación obligatoria.
El aumento en los contagios por coronavirus, la mayoría de ellos por la variante Delta, en Moscú llevó a que el gobierno ruso tomara esta decisión que ya se había instaurado en otras ciudades como San Petersburgo, donde la medida posibilitó la reducción en los contagios en las últimas semanas, pese a que en este fin de semana volvió a registrar un alza de infectados.
Luego de dos días seguidos de récord en contagios, Moscú tuvo una baja este domingo, con 8.305 casos en 24 horas, una cifra que en todo caso sigue siendo muy superior respecto a la de hace un par de semanas, cuando sólo se registraron unos tres mil casos diarios.
En contrapartida, los nuevos casos en San Petersburgo superaron el millar en las últimas 24 horas, cifra que no se daba en esa ciudad desde fines de febrero de este año.