Sarah Covell y su familia recibieron sorpresivamente una alegre noticia, luego que les avisaran que habían encontrado a su perrita.
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Según informa el diario británico Mirror, Crumpet desapareció en 2010 en momentos que se encontraba jugando en el patio de su casa, en la localidad inglesa de Sherborne.
La can, quien en ese momento tenía apenas tres meses, se encontraba con Totty, otra de las mascotas de la familia, cuando se perdió su rastro.
Tras lo ocurrido, la familia colgó carteles en las calles, ofreció recompensa, repartió folletos y se contactó reiteradamente a la compañía de microchips, pero pese a su insistencia, no pudieron encontrar a Crumpet.
«Era muy inusual que Crumpet se escapara, nunca lo había hecho antes y se encariñó mucho con mi perra mayor, que era una especie de madre para ella. No es normal que se haya escapado, pero era muy simpática y probablemente no me di cuenta si alguien entró a mi casa (para llevársela)», expresó Covell.
Sin embargo, todo cambió el pasado 12 de junio, cuando un veterinario llamó a la familia para informarle que habían encontrado a la perrita, a la cual habían encontrado en un campo de golf a pocos kilómetros de su casa.
«Mi reacción al recibir la llamada fue de ligera incredulidad, la verdad. Ni siquiera sabíamos si la reconoceríamos tras 11 años», señaló la mujer.
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«Pero, obviamente, en cuanto la vimos, se puso a juguetear y a mover la cola y salió corriendo hacia nosotros», relató.
La mujer afirmó que la perrita sigue siendo dulce y amable como siempre, pero que estaba con diversos problemas de salud.
«Pensamos que si alguien se la había llevado, con suerte la habrían cuidado, pero eso es lo más triste: no la han cuidado. Siento que la han abandonado. Ha tenido cachorros y ahora necesita mucho trabajo médico, no parece que haya ido nunca al veterinario», expresó.
«Sus orejas estaban muy infectadas, realmente inflamadas con enormes bultos en ellas. La operaron el lunes y dijeron que estaba completamente sorda, pobrecita. Si la hubieran llevado antes al veterinario seguro que ahora no estaría sorda. Creo que la han descuidado, es criminal que le hayan dejado las orejas así porque eso tiene fácil solución. Ahora va a tener que estar con esteroides el resto de su vida», agregó.
Finalmente, Covell manifestó su alegría por reencontrarse con Crumpet, haciendo además un llamado a ponerle microchip a los canes.
«Es una muy buena lección para cualquiera: hay que ponerle el microchip a tu perro y mantener los datos actualizados», remató.