La policía de Haití confirmó que dio muerte a cuatro de los «mercenarios» y capturó a otros dos sospechosos del asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido en su residencia el día anterior.
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El director general de las fuerzas de seguridad de Haití, Leon Charles, aseguró que no descansarán hasta atraparlos a todos. «Los bloqueamos en el camino cuando salían de la escena del crimen… Desde ese momento hemos estado luchando con ellos. Los mataremos o los detendremos», indicó.
Moïse fue asesinado a tiros por hombres con armas de gran calibre en su residencia privada durante la noche en un «acto inhumano y barbárico» que provocó una condena internacional.
El asesinato, repudiado por Washington y países de América Latina, coincidió con una ola de violencia de pandillas en Puerto Príncipe, avivada por una grave crisis humanitaria y por el caos que ha llevado a muchos distritos de la capital a convertirse en zonas prohibidas.
El primer ministro interino, Claude Joseph, dijo que el gobierno había declarado el estado de emergencia en medio de la confusión sobre quién tomaría las riendas del país y que se inició una operación para capturar a los responsables.
«Mis compatriotas, mantengan la calma porque la situación está bajo control», dijo Joseph. «Este golpe ha herido a nuestro país, pero no quedará impune».