Una bala perdida, que cayó en la habitación de una casa en Utah, Estados Unidos, provocó la muerte de Zaydanielys Rodríguez Irizarry, una niña de 7 años que en el momento del incidente estaba durmiendo en su pieza.
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Según el testimonio del padre de la menor, en la noche del 9 de julio su hijo de 6 años se comunicó con él mediante una videollamada para contarle que se hermana no estaba bien y que «estaba tosiendo sangre en el piso».
«Ella estaba pidiendo ayuda», contó Danny Rodríguez a people.com, quien inmediatamente dejó su trabajo para ir a socorrer a su hija. «Le dije a mi jefe que tenía que irme porque mi hija estaba sangrando por la boca. Hasta ese momento, era lo único que sabía».
Según informó la cadena de noticias KSLTV, cuando llegó a su casa, ubicada en el complejo de departamentos de Wasatch Commons Apartments, el padre de la menor pensaba que su hija estaba sangrando por alguna caída, sin embargo se encontró con la trágica escena de la niña tendida en el suelo.
«Ella movía el estómago como si respirara, así que me fui al hospital inmediatamente», contó Rodríguez, quien llamó al 911 para conseguir reanimar a su hija, la que finalmente falleció en medio de las labores de los funcionarios médicos.
«Hicieron todo lo que pudieron, pero me dijeron que donde le impactó la bala no había mucho que pudieran hacer para evitar su muerte», relató Rodríguez, quien tenía sospechas respecto de que la bala pudo haber salido disparada desde el departamento de un vecino que se encontraba borracho al momento del incidente.
Con esos antecedentes fue que la policía de Utah realizó las investigaciones que permitieron detener a tres personas. Trever Joe Pinter, de 21 años; Colin David Howells, de 36, y Christopher Robert O’Connell, de 34. El último de ellos, quien finalmente fue identificado como el presunto asesino de la niña y acusado de homicidio involuntario, así como de tener en su vivienda drogas y un arma por una persona restringida.