El domingo la canciller de Alemania, Angela Merkel, visitó la zona más afectada por las históricas inundaciones que han afectado al oeste del país.
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Merkel visitó Renania-Palatinado, donde más víctimas fatales se ha registrado y donde más daño material hay por las lluvias.
Tal es la devastación en la zona, que la canciller se mostró impresionada y calificó como «fantasmagóricas» las escenas que observó.
«El lenguaje alemán apenas tiene palabras para describir la devastación provocada aquí», aseguró la mandataria germana.
Pero el foco de atención por la visita de Merkel no solo se concentró en el impacto de las indicaciones, sino que también en un gesto de la canciller que mostró su calidad humana.
Merkel, del partido Unión Demócrata Cristiana, recorrió las calles llenas de escombros junto a la ministra presidenta de Renania-Palatinado, Malu Dreyer, de la Socialdemócrata, tienda rival de la canciller.
Dreyer padece esclerosis múltiple desde 1995 y presenta dificultad de movimiento. Y mientras recorría la zona devastada, Merkel se percató de los problemas que tenía Dreyer para caminar y le tomó la mano y no la saltó.
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Reacción de la gente
Las redes sociales simplemente estallaron con el gesto de l mandataria.
El medio germano Welt posteó que “avanzaron de la mano en el camino a través de la tierra destruida”.
Uno de los tuit más celebrados fue el de Carlo Masala, profesor de Política Internacional en la Universidad Bundeswehr de Munich.
Acompañada de una foto de las dos dirigentes tomadas de la mano, el docente escribió: “No es necesario saber mucho más sobre esta clase de mujeres”.