Este viernes, la Comisión de Derechos Humanos de la Convención Constitucional aprobó un «voto político» para dejar al convencional Jorge Arancibia (Vamos por Chile) fuera de las audiencias públicas que realice la instancia.
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La moción surgió en medio de los cuestionamientos a la presencia de Arancibia en la mesa debido a su pasado como edecán naval del fallecido dictador Augusto Pinochet entre 1980 y 1982.
Pese a esto, el exalmirante de 81 años descartó renunciar a la comisión de Derechos Humanos. En declaraciones a El Mercurio, aseguró que no se retirará de la mesa y dijo que analiza «acciones legales» para poder participar en las audiencias.
«Tengo la responsabilidad de representar a quienes confiaron en mí y me dieron su voto para integrar la Convención y la comisión. Al enterarme de este voto político emitido por algunos convencionales de la comisión de DD.HH., adoptaré las las acciones legales y disciplinarias que permitan retomar el estado de derecho en los procesos constitucionales que estamos llevando adelante», indicó.
Consultado por las razones para estar en la comisión, Arancibia señaló: «No tengo ambición, es entrega pura. Tengo toda la legitimidad para estar y actuar en cualquier espacio. Así entré a la comisión de DD.HH. y fui recibido en forma realmente poco grata, poco democrática, injusta, con un rechazo muy potente y explícito de ciertos integrantes».
Además, calificó de «injusta» a su par, la machi Francisca Linconao, quien lo encaró por su presencia en la comisión: «Para un oficial de las FF.AA., ser edecán de un Presidente es una distinción, no es un cargo de gobierno o de gestión, es un servicio; lleva la agenda, ordena la escolta y no forma parte de las reuniones».
«La machi Francisca Linconao no recuerda que a Pinochet lo nombraron ‘Ulmen futa lonko’, ‘gran autoridad’, lonko de lonkos del pueblo mapuche. No veo título de que ser edecán de ‘futa lonko’ pueda ser motivo para no estar en la comisión de DD.HH.», añadió.
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Junto con ello, aseguró que su ingreso a la comisión no lo «eligió Vamos por Chile»: «Me interesa de sobremanera. La comisión es mucho más amplia que las lamentables violaciones a los DD.HH., muy importantes, pero son una parte. En los 30 artículos de la Declaración Universal de DD.HH. de Naciones Unidas, están el derecho de propiedad, de la familia, la libertad de culto».
En tanto, respecto a los detenidos desaparecidos de la Dictadura, insistió en que fue «el primer almirante de la transición (…) fui a hablar con (Edmundo) Pérez Yoma, ministro de Defensa, y le planteé: ¿por qué no hacemos un esfuerzo especial? Nació la idea de juntar gente del mundo civil y del mundo militar».
«Mi intención fue intentar dar respuesta a quienes tenían detenidos desaparecidos y este dolor en el alma. Le juro por Dios, y soy católico, no tenemos información, la buscamos honestamente. Pusimos a la mejor gente y no se encontró. Me sentí frustrado, no es un buen resultado, es una herida que está», añadió.
Además, consultado sobre si es lavinista, Arancibia indicó: «En estos momentos, soy más de Kast».
Respecto a los dichos del vicepresidente Jaime Bassa, quien dijo que hay discursos «que no deberían estar en la Convención», el exedecán indicó: «Con todo el respeto, está equivocado. Tendrían que demostrar que una persona es negacionista y por qué. En tanto no ofendan ni ataquen a nadie, los 155 convencionales tienen derecho a expresar su pensamiento. Es el derecho y la misión que nos encargaron. Yo no estoy solo, represento a un grupo y si es ofendido o agredido, lo voy a defender con mucha fuerza. No hay razón, salvo ideologización».
En esa línea, Arancibia deslizó una crítica a la mesa de Elisa Loncón y Bassa: «Desde el comienzo esta mesa directiva opera con energía propia y lo que opine el pueblo raso, la sala, no tiene importancia. Una suerte de autoritarismo, falta de democracia interna, siendo todos primus inter pares. Fui senador y había un presidente, pero éramos iguales y para resolver algo importante, se consultaba al Senado».