El arrendatario de una casa en Andover (Gran Bretaña) la dejó en tal estado de caos que tomó tres días limpiarla. Freddie Gillium-Webb, el hombre que tuvo esa misión, contó 8 mil latas de cerveza vacías. Se encontraban por todas las piezas y llegaban hasta las rodillas. El arrendatario estuvo un año y medio en la casa y nunca pagó el alquiler.
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Según publicó The Sun, el desastre de las cervezas no era lo único. De hecho, el limpiador pasó tres días despejando la casa. Varias veces vomitó cuando se abría paso por la cada. Algunas de las latas de cerveza estaban en medio de la red de alguna araña. El arrendatario le mandó un mensaje al dueño de que podía haber “un poco de lío”. Le dejó 12 mil libras.
Aparte de las cervezas, había más problemas. En el baño, aparentemente, el arrendatario nunca tiró la cadena. El papel higiénico y las aguas mayores se acumularon un metro alrededor de la tasa. En esta habitación, el limpiador se gastó diez botellas de cloro para pulir el piso del baño y el fondo de la tina.
“Claramente no usó el basurero, porque la cocina estaba llena de desperdicios de comida y en la sala había kebabs a medio comer y hogazas de pan mohoso por todo el piso”, le dijo el limpiador a The Sun. “Había bolsas de basura con colillas y no se podía ver el piso por las latas de cerveza”, añadió.
“Después del primer día, ni parecía que hubiera hecho una diferencia”, relató. “Como trabajo en aguas residuales, no vomito con mucha facilidad, pero en este desastre debí tener arcadas 20 veces y vomité tres veces”, añadió. Durante el año y medio el arrendatario nunca dejó entrar al dueño a la casa.