Un conocido conferencista de Estados Unidos, reveló su insólita historia: su padre le inyectó sangre infectada con VIH, para no pagar pensión alimenticia.
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BBC recoge este hecho, donde Brryan Jackson, cuenta que su papá lo inyectó cuando tenía menos de un año.
“Cuando nací, mi padre estaba realmente emocionado, pero todo cambió cuando se fue a la Operación Tormenta del Desierto (Guerra del Golfo). Regresó de Arabia Saudita con una actitud completamente diferente hacia mí”, dijo.
Y es que a su regreso, el hombre negó que fuera su hijo y exigió que se hiciera una prueba de ADN para comprobar su paternidad.
Pero esto no quedó ahí, ya que su padre se volvió abusivo verbal y físicamente hacia su madre. Finalmente sus papás se separaron y cuando Jackson tenía 11 meses.
Stewart consiguió un trabajo como analizador de sangre y comenzó a recopilar muestras de sangre infectada con VIH en secreto y las escondió en su casa, de acuerdo a los hallazgos hechos posteriormente por los investigadores.
Brryan sufrió un ataque de asma severo cuando tenía tan solo 11 meses, su madre tuvo que internarlo en un hospital.
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Mientras el niño reposaba, su padre apareció en el centro médico y se ofreció a cuidarlo. “Envió a mi mamá a la cafetería a tomar una copa para poder quedarse a solas conmigo”, relató Jackson.
En ese momento, el padre tomó la jeringa y le inyectó a su hijo la sangre infectada en el brazo. “Tenía la esperanza de que yo muriera para no tener que pagar la manutención”, agregó.
Durante cuatro años la madre de Jackson intentó conseguir el diagnóstico del niño. No fue hasta 1996, cuando tenía cinco años, que la doctora Linda Steel Green sospechó que “el niño puede tener SIDA”. La enfermedad estaba en una etapa muy avanzada y le dio cinco meses de vida. No obstante, el pequeño logró salir adelante.
“Pasé de tomar 23 pastillas diarias a una y el virus es indetectable en mi cuerpo. Mi recuento de células T subió y tengo un cero por ciento de posibilidades de contagiar el virus”, aseguró Jackson en 2013.
Admitió que decidió añadir una r más a su nombre y cambiar su apellido al de su madre, para que nadie confunda su identidad con la de su padre, quien fue condenado a cadena perpetua en el 2016.