La presidenta de la Convención, Elisa Loncon, desde que asumió en el cargo ha debido pedir respeto. Y lo sigue haciendo. Esto, como sincera, porque algunos la siguen “maltratando” por ser una mujer mapuche que dice lo que piensa y defiende sus principios.
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“No pensamos todos igual, yo pido respeto, que disminuya la discriminación racial y así podamos avanzar en reconocernos dignamente. Hay que hacer cambios paradigmáticos y respetar el liderazgo de una mujer indígena”, subraya.
En búsqueda de ese anhelo, espera que el reconocimiento que le hizo la revista Time -la escogió entre las 100 personalidades más influyentes del mundo- les sirva a quienes aún tienen dudas sobre la conducción que le ha dado al órgano.
–¿Qué siente al ser reconocida por Time como una de las personas influyentes del 2021?
Muy honrada por esta revista internacional, Time, que valora mi contribución como líder. También muy agradecida de la gente, de mi equipo de trabajo en la Convención, antes de la Convención. Agradecida de la gente que me ha dado un respaldo en estos días de trabajo como presidenta, el cual hago junto a Jaime Bassa, a quien también extiendo el agradecimiento por su generosidad y compartir el liderazgo del trabajo.
-¿Cómo se enteró?
Fue la semana pasada, en un día muy complejo dentro de la Convención, porque hubo convencionales que criticaron duramente la gestión. Fue antes de comenzar con la discusión del reglamento, el jueves pasado. Termino el pleno, intentando resolver los problemas y reorganizar la votación de la semana. Estaba cansada y ahí mi periodista me dice que tenía una noticia que no tenía cómo contarme, y yo decía “qué más”, con todo lo que había pasado… Pero ahí me contaron que había una nominación y que había que mantener la información en reserva. Hasta hoy no me la creo porque tampoco había tenido mucho tiempo para pensar qué significa, y bueno, hoy sale publicada la información y los mensajes que hemos ido entregando van cobrando relevancia.
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-En la reseña que escribió Verónica Figueroa para Time justamente recuerda sus palabras del 4 de julio…
Ella es una académica de la U. de Chile, y hemos hecho algunos trabajo y me siento muy agradecida con ella por la linda reseña que hizo.
-¿El reconocimiento le impone algún desafío adicional?
Más bien ratifica mi trabajo, potencia lo que estoy diciendo. Porque en el fondo apoya lo que estoy haciendo, la metodología con la que trabajo, los contenidos, la manera de relacionarme con el trabajo convención, la apertura hacia la diversidad. Ratifica eso. El desafío más bien se lo instala a la misma Convención, a la misma ciudadanía. Están trabajando con una persona reconocida por su liderazgo, a nivel mundial. Entonces es alta la talla que pone sobre mi trabajo y debiera verse reflejado en cómo se aprovecha ese liderazgo para el bien común. Yo trabajo para el bien común, trabajamos para crear una nueva Constitución y todos los esfuerzos diarios van en función de articular la energía, el diálogo, los razonamientos, los acuerdos, para avanzar en la construcción de ese bien común que se llama nueva Constitución. El desafío es respaldar ese trabajo, que tiene reconocimiento a nivel internacional. Chile queda muy bien, porque se valora el proceso chileno, hay muchos ojos puestos.
-¿Debiese ser una señal para quienes la cuestionan?
La crítica es por desconocimiento. Hay mucho racismo y también hay instalada un visión de una sociedad que ha caído en el individualismo. Hay poco reconocimiento del trabajo cuando es por el bien común, uno no tiene otro objetivo que ese. Yo no represento a un partido, no estoy en la coyuntura, soy una académica. Pero entramos en un escenario donde les sale bien criticar a la presidenta porque les permite salir en la prensa. Hay mucho individualismo en algunas personas que, sin tener verdad, salen hablando en base a supuestos. Es una situación que no tiene rigurosidad.
-¿Cómo enfrenta que representantes de escaños reservados digan que le ha faltado fuerza en la conducción?
Hay que entender que a nivel de las naciones originarias no somos homogéneos. Cuando fui candidata a la presidencia no tuve el apoyo de todos los escaños reservados ni todos votaron por mí. Mi candidatura nace del Pueblo Mapuche y desde el ejercicio de la autonomía y autodeterminación mapuche, sin consultarle al resto de los escaños reservados. Sobre las críticas, se cuestionó la decisión porque ellos esperaban que hubiésemos consultado; pero dentro de la autonomía, los Pueblos toman sus decisiones, lo que se tiene que entender. Ese modo de instalar la política no está enteramente asumido dentro de los escaños. Si la decisión la toman como Pueblo, me parece bien, pero si lo hacen por otra vía, es cuestionable. Pero no se le debe cuestionar a ningún pueblo su decisión autónoma.
-En su momento fue Michelle Bachelet, Daniela Vega, Las Tesis, Izkia Siches y ahora usted ¿Es hora de que en Chile se entienda que es el momento de las lideresas?
Por supuesto. La Convención tiene un eje paritario y esa instalación no fue automática, sino que debido también a las anteriores mujeres que lideraron los procesos y ahí están ellas. Hay que entender que la política tiene rostro de mujer y que las mujeres tenemos tanto o igual derecho como los hombres y también podemos liderar procesos sociales. Eso es independiente del género, de la clase, la raza.
-Los liderazgos llevan consigo importantes responsabilidades. ¿Qué es lo que más le ha costado de su rol como presidenta de la Convención?
El tema del colonialismo, el patriarcado y el racismo. Esas son las piedras que se ponen en el camino para comprender el trabajo y valorar el aporte de una mujer mapuche dentro del liderazgo de la Convención. Muchas de las críticas han sido gratuitas. Cuando critican que uno habla la lengua hay un componente altamente colonial, es racista porque dicen que es una lengua que no sirve para el resto, y también cuestionan el uso de los trajes, que es importante para la identidad de la mujer. Estar en la testera con mi traje ha tenido valoraciones, pero también rechazo de los sectores que están menos preparados para la convivencia intercultural. Trabajo muy coordinada con Jaime Bassa y muchas veces recibimos a los líderes masculinos de distintas instancias del Gobierno y la palabra se dirige a Jaime y no a mí. Hay actitudes, micromachismos que uno observa en esta relación y cuesta, porque yo soy la presidenta. He tenido que decirlo, porque hay que educar. He hecho harto ejercicio pedagógico.
-¿Y han aprendido?
La Convención es necesario leerla en la coyuntura política en la que estamos, donde hubo un estallido social y el pueblo se manifestó; el 80% votó por el cambio de la Constitución, pero es un pueblo que no tiene el poder político, económico, ni el de los medios. El 20% que rechazó está mejor instalado en los monopolios de los medios, en el Gobierno, a nivel de la política, por lo que persiste esta manera de ir dificultando el objetivo del cambio.
-La reciente encuesta CEP revela que sólo un 24% de los chilenos confía en la Convención, más que el Congreso o el Gobierno, pero menos que las FFAA. ¿Cree que ese porcentaje su ajusta a la realidad?
No sé si es lo que la gente piensa. Yo he hecho trabajo territorial, estuve en Talca, Concepción, he ido a trabajo en la Quinta Región, la Sexta y es un apoyo absoluto, sentido, inspirador. Claro, la encuesta CEP tiene su valoración en la sociedad y está la cifra que nos indica que hay que mejorar y eso corresponde más allá de la presidencia. Todos los convencionales tenemos que buscar y tal vez postergar cuestiones de carácter individual y avanzar en el trabajo de la Convención. Podemos mejorar, eso nos indica los resultados, pero también hay que recordar que no hemos estado haciendo trabajo territorial intenso, porque hemos estado enfocados en resolver la normativa interna. Hemos tenido pocas salidas a terreno, una mala comunicación, porque somos un órgano nuevo, que empezó de cero y hemos resuelto todos los problemas de la creación. Falta avanzar.
-Ayer se acusó que el Presidente Piñera estaría mintiendo sobre el trabajo que ustedes han hecho y algunos dijeron que intenta pautearlos ¿Siente que él y su gobierno les han torpedeado el trabajo?
Lo vimos como un mal comentario, desajustado al momento en el que estamos y no contribuye a valorar el proceso en que estamos logrando avanzar. Hubiera sido mejor que el presidente nos felicitara por el logro en los reglamentos en vez de decir esto no estuvo, cuando no era la discusión. Nosotros tendremos discusión de contenidos una vez determinados los reglamentos y por cierto que le vamos a dar profundidad a los temas de los derechos educativos, y todos los derechos sociales. Va a haber tiempo.
-Pero si tuviera que hacer un balance de su rol en el proceso ¿Ha sido lo esperable?
Obviamente que hay mucho que mejorar porque la Convención es un órgano autónomo, creado recientemente y que quedó a la deriva por falta de respaldo del Gobierno en un inicio. Nosotros le dimos institucionalidad vía convenio y aporte de instituciones públicas. Se requiere el aporte genuino del Gobierno y no en el contenido, como lo hizo el Presidente el martes, sino que como órgano del Estado que tiene que disponer de los recursos para que la Convención haga su trabajo, porque nosotros estamos mandatados para ser un trabajo y no para buscar dinero para comprar papel higiénico, por ejemplo. Se requiere mayor proactividad de parte del Gobierno para hacer un mejor trabajo.
-La próxima semana comienza la discusión en particular del reglamento. ¿Cómo avizora el debate? ¿Ha ido creciendo el ánimo de llegar a acuerdos o cree que las posiciones se han ido polarizado?
Amplio acuerdo. En las votaciones hemos visto que estamos superando los 2/3. La disposición de continuar un trabajo conjunto es impresionante y eso es lo que se dejó demostrado con las votaciones. En función de eso creo que hay condiciones para seguir avanzando.
Parte de los constituyentes pretenden cambiar el quórum de los 2/3 para las normas constitucionales ¿Cree qué aquello puede ser modificado?
Los 2/3 corresponden a la normativa constitucional y la próxima semana vamos a dirimir en lo específico. Mi postura es que la discusión democrática es necesaria y saber los por qué de cada uno, pero las normas constitucionales son constitucionales, nadie esta sobre la Constitución. Ahí se aplicará la sabiduría del Pleno para arribar a buen puerto el trabajo que nos corresponde y aprobar de acuerdo a lo que está establecido en ese caso.
-Está más o menos acordado que la Mesa de la Convención será rotativa, ¿Qué es lo que no quiere dejar de hacer antes de salir del puesto?
Hay cosas que han sido importantísimas. Para mí todo es ganancia, desde el momento que se instaló mi nombre mapuche ahí, y seguimos ganando, hasta con un reconocimiento internacional. Quién antes lo había logrado. Fuimos nosotros y fue un acierto del Pueblo Mapuche, del cual estoy muy agradecida. Nosotros cumplimos la palabra y fue un acuerdo, junto al vicepresidente, que nuestros cargos fueran rotativos. Estamos dispuestos a cumplirlo, porque logramos instalar la Convención, darle institucionalidad, un reglamento y hacerlo de manera plural e inclusiva. Hasta el momento ya tenemos la vara bien alta. Hay un avance interesante. Yo estoy a disposición, si me dicen que es hasta aquí, bien, y si hay más posibilidades, porque además seguiré siendo convencional, aportaré desde el Pleno, porque además hay muchas cosas que me he callado desde la testera. Vamos a seguir avanzando.