Tres años después que las argentinas Mónica Zingman y su hija, Romina Jaime, fueran procesadas en la ciudad de San Luis con la cautelar de prisión preventiva por el crimen cometido en contra del bebé recién nacido de la joven, quien al nacer fue asesinado por ambas mujeres, se dará comienzo al juicio que busca las condenas de presidio perpetuo para las imputadas.
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Según informó el «Diario de La República de San Luis», los abogados de las acusadas han pedido que el juicio sea analizado bajo la perspectiva de género, ya que acusan que todos los involucrados en las investigaciones del caso son hombres que «jamás van a poder estar en la situación de una mujer que da a luz».
Los hechos que en julio de 2019 causaron impacto en los medios transandinos dan cuenta de las circunstancias en que se acabó con la vida del recién nacido, en los que se explica que el 18 de julio de ese año Jaime fue junto a su madre al Hospital del Sur para atenderse por un fuerte dolor abdominal, sin mencionarle a ninguno de los funcionarios médicos que estaba embarazada y que se encontraba en fecha de término.
En la reconstitución de los investigadores, la joven «tuvo al bebé en el baño, sin que personal de salud lo notara y le entregó luego el recién nacido a su madre envuelto en una campera (chaqueta), que después ella arrojó en un cesto».
Además, en la autopsia se determinó que el recién nacido «estaba en fecha de término, que nació por parto natural, que respiró, que su peso y talla era acorde al tiempo gestacional y que la muerte fue por una asfixia mecánica».
Solicitud de juicio de género para la causa de muerte de recién nacido
Todos estos antecedentes fueron abordados por los abogados Héctor Zavala y José Olguín, quienes representan a Zingman y Jaime, y que argumentaron que en el caso de la madre de la joven ella no tuvo «ninguna responsabilidad» en el hecho, por lo cual pidieron su excarcelación para que afrontar el juicio en libertad. Petición que fue denegada por la mayoría de la cámara y que motivó las aprehensiones de los representantes jurídicos.
«En la instrucción intervino un juez varón (Ariel Parrillis), un perito psiquiatra y un perito psicólogo varones. Un hombre jamás va a poder estar en la situación de una mujer que da a luz», insistió Zavala.
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«Zingman no sabía qué había en la campera que tiró en el tacho de la basura y ni el personal del centro de salud lo advirtió. Jaime dio a luz, dicen que el niño nació vivo, que respiró. Lo que no está claro es si murió por asfixia porque ella lo envolvió o porque se cayó al inodoro y se asfixió», afirmó el abogado, que apeló a la mirada de género para afrontar el juicio.
«Lo que plantearemos es que es una chica de corta edad, de un lugar vulnerable, muy humilde, que ni siquiera había terminado el secundario. No podía hablar con nadie de la situación, nadie sabía que estaba embarazada, salvo la persona que la dejó embarazada, un escribano, mucho mayor. Por ello decimos que estuvo sometida a una violencia y que el caso tiene que ser visto con perspectiva de género», finalizó.