Waleska Ureta, directora nacional del Servicio Jesuita de Migrantes (SJM) aseguró este domingo en entrevista con radio Cooperativa que «era previsible» que se dieran situaciones como las que sucedieron ayer en Iquique, donde manifestantes chilenos quemaron carpas y utensilios de migrantes que se habían instalado por semanas en la Plaza Brasil antes de ser desalojados por Carabineros el viernes pasado.
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Según reportó el SMJ, en dicha manifestación -convocada esta semana por vecinos de Iquique- incluso se conocieron casos de migrantes que acusaron amenazas de muerte e intentos de agresión por parte de los manifestantes.
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«(Estas situaciones) se veían venir (…) cuando tu tienes políticas o estrategias que van orientadas a las expulsiones, a la criminalización de la migración, a la estigmatización de las personas migrantes y no a otras estrategias que sean integrales para poder abordar desde el punto de vista humanitario esta situación, esto va generando afectación», tanto en los migrantes, como en la comunidad local, expuso Ureta, quien al igual que Sergio Micco, director del INDH, apuntó a las medidas de Gobierno como las causantes de esta crisis migratoria.
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«Esto va generando finalmente conflictos, complejización de la convivencia entre las distintas comunidades y no resuelve el problema de fondo, que es una crisis regional importante en algunos países y que eso tenemos que verlo de manera humanitaria y bajo la protección de derechos», afirmó, al paso que enfatizó en la emisora que «Chile cuenta con competencias para poder recibir a los migrantes», como la ley de refugiados, visas y acuerdos internacionales.
«(El problema para resolver el problema) está en la voluntad política de hacerlo. La forma en que hoy la autoridad central está actuando, dejando en el abandono y desarticulación de los gobiernos nacionales ha llevado a esta situación», una migración «forzada, no voluntaria».
«No podemos permitir estas situaciones como país, como sociedad, somos mucho mejor que eso», finalizó.