Si hay un comentarista de fútbol que sabe sobre la materia, ese es Juan Cristóbal Guarello. Hijo de Fernando Guarello Zegers y de María de Toro Serrano. Resumiendo su vida, este gran comentarista deportivo ha trabajo en diversos medios chilenos como Canal Rock&Pop, Chilevisión, TVN, El Mercurio y en el extranjero en TyC Sports. Actualmente se desempeña como director de la revista El Gráfico, como comentarista deportivo de Canal 13 y ADN Radio Chile. ¿Algún otro trabajito? es que este periodista es un crack. Donde ha estado, ha dejado marca. Se luce con cada partido que ha comentado. Actualmente está en Brasil, sacando la cara por Canal 13 y dándole el rating necesario para ganarles a los relatores de su competidor directo, TVN, con una diferencia de 8 puntos aproximadamente por cada partido,
Tanto ha sido su éxito dentro de la rama del fútbol y es una figura tan creíble y respetada, que ha logrado lanzar cinco libros, en los que detalla aspectos, en su mayoría, oscuros y desconocidos del fútbol chileno. En 2005 sacó “Anecdotario del fútbol chileno”, en 2007 “Historias secretas del fútbol chileno”, en 2008 “Historias secretas del fútbol chileno II”, en 2010 “Historia de la clasificación a Sudáfrica” y en 2011 “Anecdotario del fútbol chileno II”.
Este nuevo ídolo de la televisión chilena dentro del ámbito de los que saben de fútbol y de los que no también, se ha lucido como quiere. Me atrevería a decir que es una de las personas que más sabe sobre fútbol, tiene respuesta para todo. Desde el resultado del partido más desconocido de la vida, hasta el nombre de la persona del público que se metió a la cancha en tal año. Tiene una memoria de elefante. Envidiable.
Además, tiene una personalidad pareja, un poco con aires de celebridad a veces, pero se entiende. Siempre es la misma persona dentro y fuera de la cancha, frente o detrás de una cámara. Es una persona objetiva, no se amarra con nadie.
Sabe mucho sobre la materia, se reconoce y se agradece cada vez que se ve en alguna transmisión. Pero eso sí, en ciertas ocasiones su ego le juega malas pasadas y por lo mismo ha tenido conflictos públicos. Pero nada que una estrella como él no pueda manejar.
Claro que aunque frente a cámaras se nota que son un equipo complementado y todos se aman como si fueran una familia, una de sus compañeras, Constanza Santa María, no se la hace fácil.
Se nota que el periodista está incómodo con la locutora de noticias y más con las notas superficiales que se hacen en el canal para subir el rating y no darles tregua a sus competidores. Las caras que pone Guarello cada vez que es enfocado, dejan en evidencia que él considera que el fútbol es un deporte más para hombres o personas expertas en la materia. Yo creo que quiso renunciar (y hasta yo lo hubiese hecho), el día que Santa María fue escogida para entrevistar a Pelé y no él. Incluso creo que todos sus pares envidiaban a la periodista, pero trataron de disimular su descontento, no así él.
Eso sí, con una de las personas que más cómodo se ve en televisión, es con su entrañable amigo Aldo Schiapacasse. Es que es como si los estuviéramos viendo sentados en el living de la casa, hablando sobre fútbol y la historia de éste. Esa es una dupla de aquellas, que espero que no se pierda y que se aproveche más dentro del canal.
Tiene un público que es fiel y que lo sigue donde quiera que él vaya, ya sea en Chile, en el extranjero, en la televisión o en la radio. El mismo público que puso en llamas las redes sociales, al segundo que vieron el chascarro de Guarello al aire, ese que todos comentan estos días.
En transmisiones estaban sus compañeros y él estaba tras cámara haciendo un despacho. Quiso hacer un comentario y sus pares empezaron a hablar, es ahí cuando Juan Cristóbal muy sutilmente exclamo: “Eh… si me hablan cinco huevones, me cagan el comentario”.
Todo un chiste nuestro querido Guarello. Pero sin duda ha sido uno de los rostros que más extrañaremos una vez terminado el Mundial. Si usted es fans del comentarista o con la Copa del Mundo lo empezó a hacer, le recomiendo que lo sigan en radio, tevé o donde sea, porque cada comentario del periodista, es un gol convertido.