- Comunicador multifacético, experto en marketing y redes sociales y emprendedor por naturaleza.
Hace semanas, en esta columna hablamos de las burbujas de filtro provocadas por redes sociales. Nos juntamos y tendemos a leer gente en internet que esté de acuerdo con nuestras ideas: los otros nos desagradan, molestan y se transforman en un burdo blanco muchas veces, al que nos satisface “perseguir” de alguna manera. Porque no tiene costo en nuestro trabajo o vida diaria. Perseguir a alguien, acosarlo por internet o instalar un concepto sobre el (por más errado o violento que sea) no tiene ningún costo.
Las burbujas de filtro operan para satisfacer las necesidades de las empresas: si nos tienen más ordenados y menos distintos, menos diversos, más concentrados, es más fácil poner la promo para que nos llegue el producto que nos quieren vender. Irónicamente parece ser que para poder expandir las líneas de producción necesitamos diversidades, pero que éstas sean lo más distintas posibles y si no tocan al otro y se integran, mejor aún.
Obviamente, esto no construye una sociedad. Las sociedades se construyen conociendo al otro y entendiéndolo.
Bueno. Donald Trump apuesta por algo muy parecido a las tecnologías que segregan sociedades. Es más. Quiere volver física esa segregación al integrar a un muro.
Trump en todo caso, resucitó de paso la red social más cuestionada de los últimos años como modelo de negocio, que es Twitter.
Twitter nunca ha logrado ser rentable, quizá porque nos mezcla realmente a todos y se volvió un servicio. Twitter no hace “grupos”. En realidad, por ejemplo, las listas de Twitter siempre han sido difíciles de seguir y las utiliza una minoría. La gracia de Twitter está en el stream y la conversación ágil.
La gente que trabaja con Donald Trump se ha dado cuenta de ello con una velocidad tremenda. Y ha apostado por saltarse a los medios fijando un nuevo paradigma en medios de comunicación: ser el medio de comunicación. Y por primera vez siendo directamente proveniente desde un presidente. Desde su bolsillo.
No hay que negar que Trump entiende los medios como nadie. Dispara directo. Sin interactuar con terceros. Va y te la canta y la lanza y encima recomienda no ver ciertos programas de televisión o escuchar voces.
Trump es indudablemente un líder de gente que quiere la segregación e incluso dentro de eso desafía a grandes integradores de ideas y personas (cuando son correctamente usados) que son los medios de comunicación, que generan ideas para el “mainstream” (la corriente mayor, al llegar a mucha gente directamente) y que de alguna forma intentan contar historias que lleguen a la mayor cantidad de gente posible.
Trump es Trending Topic y entiende Twitter como nadie, porque es escandaloso y agresivo y trata de llamar la atención. Pero también sabe que está ahí dando la sensación que está en cada esquina, como un gran hermano construyendo una muralla tuit a tuit, minuto a minuto, respuesta a respuesta. Twitter y Trump se aman locamente. Es más, lo resucitó con creces.
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