Opinión

¡Bienvenidos inmigrantes!

  1. Capellán UC. Twitter: @hugotagle

Un video que circula por las redes con un triste, cobarde e indignante espectáculo que da una pareja de adultos, atropellando con insultos a una empleada extranjera en una farmacia, me motiva a escribir una segunda columna de apoyo a la inmigración en Chile. Ya lo hice hace unos meses, pero parece que no fue suficiente. Pareciera que algunos no aprenden y muestran su peor cara, aprovechándose de las circunstancias y en este caso de su calidad de clientes.

En todo acto de matonaje y prepotencia, hay normalmente un complejo de inferioridad mal asumido, que se descarga con quien vemos más indefenso. Es de esperar que sea un caso aislado e, insisto, que la justicia tome cartas en el asunto.

En el intertanto, se ha dado una interesante discusión sobre la inclusión y la forma en que acogemos a los nuevos inquilinos de esta casa que es Chile. Todos somos inmigrantes. Unos llegaron antes, otros después. Si de algo sirve el patético video será para tomar conciencia de que así no hay que actuar; que fue cobarde, injusto, revela pequeñez de alma y, por último, fue un delito.

Esas actitudes nada tienen que ver con la voluntad de una gran mayoría de los chilenos de incluir y acoger a quienes han dejado su país. A su vez, la inmensa mayoría de los extranjeros que llegan a Chile lo hacen con ánimo de comenzar una nueva vida, de echar raíces, de aportar con su trabajo y conocimientos a una sociedad mejor. Sin duda merecen una oportunidad y una buena acogida. Todos ganamos con ello. Ya estamos de acuerdo en que hay que ordenar los protocolos y organizar debidamente los canales de acogida. Todos ganan con ello, empezando por los mismos extranjeros, que quizá esperaban algo más a su llegada. Un mayor orden redundará en una mejor y más eficiente acogida.

Así y todo, hay que recordar nuevamente que la cantidad de extranjeros que han llegado a Chile está dentro de los parámetros normales en una sociedad globalizada como la que vivimos. De hecho, es bastante menor a la de otros países similares al nuestro. Recordemos también que hay miles de chilenos que han sido acogidos en otros países, quizá algún pariente suyo.

Vamos camino a una sociedad más variopinta, cosmopolita, lo que, insisto, redunda en un Chile más rico y diverso. Los inmigrantes aportan con nuevas ideas y miradas, enriquecen nuestra convivencia, crean trabajo, animan la economía y nos regalan con su cultura e idiosincrasia. Se suma a esto que la mayoría tienen raíces cristianas, lo que sin duda es aún un enriquecimiento mayor a nuestra patria. Y aunque así no lo fuera, aportan ya con una mirada distinta, nos abren los horizontes, nos despercuden y alientan a una mayor integración con el mundo.

El papa Francisco recordó hace unos días que en una «cultura del descarte» el otro sobra. Pero no en la cultura que quiere Cristo, la verdaderamente humana. «En Jesús el otro es mi hermano, más allá de cualquier barrera de nación, extracción social o religión”. Y con ello ganamos todos. El otro siempre es un enriquecimiento. Nadie sobra. Acojamos a quien viene de fuera. Seremos un mejor país. Más próspero y feliz.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

Tags

Lo Último

Contenido patrocinado


Te recomendamos