- Periodista de Radio La Clave. Twitter: @labeasanchez
¿No les extraña que desde la autoridad pública no haya un enjuiciamiento a Carabineros? Desde el Gobierno las declaraciones han sido cautas, por no decir nulas. ¿El ministro del Interior no existe para este caso? La pregunta es más preocupante aún. ¿No es el Ministerio del Interior el que manda a Carabineros?
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Lo que se sabe hasta el momento es que el fraude ocurrió entre el 2011 y el 2015. Se calcula en 11 mil millones de pesos, pero podría ser más. Los involucrados podrían llegar a 50. Principalmente, carabineros de puestos administrativos.
¿Cómo nadie se dio cuenta que había 11 mil millones de pesos menos de presupuesto? Es exactamente la misma pregunta que nos hicimos en el caso del «milicogate». ¿Cómo es posible que estos organismos que son parte del Estado no tengan mecanismos efectivos de control externo? Estamos hablando de dos reparticiones públicas como el Ejército y Carabineros, que tienen presupuestos altísimos para un país como Chile.
La respuesta es fácil. La autoridad civil «no se mete» ni con Carabineros, ni con las ramas de las Fuerzas Armadas. No se les incomoda, no se les cuestiona, no se les contradice y no se les fiscaliza.
¿Cuándo vamos a discutir, ni siquiera cambiar, recién discutir, sus condiciones ventajosas de pensión y salud? Lo que significa un verdadero desangramiento para el Estado de Chile, mientras que para el resto de los chilenos la pensión básica llega a menos de 100 mil pesos. ¿Estamos en democracia o no? ¿Quién manda?
¿Cuándo van a enfrentar a la justicia como cualquiera de nosotros? No sólo existe la justicia militar, hoy sabemos por el contralor que para Carabineros la prescripción de las faltas administrativas es de 6 meses. Para el resto de los funcionarios públicos es de cuatro años. ¿Por qué? ¿Qué lo justifica? ¿Quién pone las reglas?
¿Cuándo discutiremos en democracia la modernización de estas instituciones? ¿Seguiremos manteniendo cuerpos separados y clasistas? Oficiales y suboficiales que trabajan en conjunto, «pero no se tocan ni se mezclan». Grados que garantizan puestos de mando cuando no todos están preparados para liderar.
¿Quién se atreve a plantearlo? ¿Quién manda?
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