- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista de Radio Zero
Con su debut en 2004, «Y las vacas vuelan», Fernando Lavanderos no sólo sorprendió gratamente con una de las películas más interesantes y atípicas del cine chileno reciente, sino además se reveló como uno de los realizadores más prometedores de nuestro medio, por la particular mezcla entre ficción y documental y la incisiva mirada a nuestra sociedad. Esas cualidades se confirmaron y reafirmaron con su siguiente largometraje, «Las cosas como son» (2012), y se profundizan y alcanzan nuevos planos con este estreno, que llega al fin a la cartelera tras su debut en festivales en 2015.
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La búsqueda que inicia Esteban, el protagonista, quien intenta encontrar a su novia que lo ha dejado y partió al norte, va mucho más allá de la anécdota inicial y por el camino se transforma en varias cosas más, convirtiéndose en un verdadero experimento narrativo, que nuevamente permite a Lavanderos desarrollar un acertado reflejo de cómo somos, en este caso en el fascinante contexto del norte chileno, con un acercamiento que no cae ni en el paisajismo de postal ni cede a la tentación del costumbrismo.
Con un guión juguetón y dispuesto a flexibilizarse frente a lo que va surgiendo en el camino, y con un importante apoyo desde el montaje a partir de los distintos registros visuales, la libertad formal de la película tiene como mérito principal la fluida relación que establece Esteban (muy bien interpretado por Koke Santa Ana, en un acierto de casting que saca partido a su habitual presencia cómica, pero también le permite incursionar en otros registros) con las personas que va encontrando a lo largo de su viaje en lugares como Chañaral, Mejillones y Tocopilla, lo que permite algunos momentos sugerentes y muy logrados.
Quizá la naturaleza del proyecto lo hace más ecléctico y menos «definido» que los estrenos habituales del cine chileno, pero precisamente eso lo vuelve más valioso y estimulante, y demuestra nuevamente el innegable talento de su director.
«Un golpe con estilo»
Dirigida por el actor y realizador Zach Braff -el mismo de «Garden State», de 2004, que acá se tituló «Tiempo de volver» y llegó a convertirse en filme de culto- y con guión del director de «Talentos ocultos», Theodore Melfi, esta nueva versión de una película de 1979 está protagonizada por tres reconocidos actores ganadores del Oscar: Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin. Aunque la recepción de la crítica internacional ha sido más bien tibia o negativa, el resultado es mucho mejor de lo que parece: es verdad que su historia es predecible, cede a unas cuantas caricaturas y estereotipos y parece seguir una fórmula que ya hemos visto en otros títulos, pero tanto su argumento, que valora a la tercera edad, como su mensaje de reivindicación social, son efectivos y universales, tiene buen ritmo y las locaciones de Nueva York son muy atractivas. Además, se hace entrañable por la excelente química de su trío protagonista, bien apoyado además por ilustres secundarios como Christopher Lloyd y la veterana Ann-Margret.
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