Opinión

Las lecciones del Holocausto para un Chile inclusivo

  1. Diputado PPD por Conchalí, Huechuraba y Renca

El lunes último conmemoramos el Día del Holocausto (“Shoa” en hebreo), que representa el horror y el espanto de 6 millones de judíos asesinados por el régimen nazi y aproximadamente 4 millones de eslavos, 3 millones de soviéticos, 3 millones de polacos, y un número no determinado de gitanos, discapacitados y testigos de Jehová, entre otros.

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Aunque parezca insólito, la discriminación y aislamiento de estos grupos, previo a “La Solución Final” ideada por los nazis fue el boicot. Es decir tuvo el mismo formato que hoy ha tomado el antisemitismo a través del Movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones, BDS, en contra de Israel, que se basa en la absurda comparación con el Apartheid sudafricano, cuando ambos países no tienen punto de comparación. Israel es la única democracia de Medio Oriente, donde existen ciudadanos israelíes de origen palestino y en la que este grupo tiene representación parlamentaria.

El Holocausto fue posible tras siglos de antisemitismo y judeofobia, precisamente lo que refleja este Movimiento BDS que se dice pacífico, cuando lo único que hace es sembrar el odio.

Es tan claro el llamado al odio, que en Francia, España y algunos estados de Canadá y Estados Unidos este movimiento se ha declarado ilegal por “inducir al odio y al antisemitismo”.

Demás está decir que acatar el BDS significa prescindir de la enorme cantidad de aportes, innovaciones tecnológicas y descubrimientos científicos que hace Israel.

En noviembre de 1938 ocurrió la Noche de los Cristales Rotos, que fue una reacción de boicot en contra de los judíos. Se refiere a linchamientos, persecución contra ciudadanos judíos y sus propiedades, la destrucción de sinagogas y la quema de libros sagrados. Se llama así porque los ataques dejaron las calles cubiertas de vidrios rotos de las vitrinas de las tiendas y ventanas de viviendas de judíos.

Este es uno de los pasajes más tristes de nuestra historia: los que habían sido respetados ciudadanos alemanes, pasaban a ser humillados y apartados de la sociedad.

La Noche de los Cristales Rotos fue el antecedente de lo que sería después el Holocausto, sinónimo de espanto, tortura, campos de concentración, cámaras de gas y genocidio.

Chile se ha forjado a partir de inmigrantes como los judíos, palestinos, alemanes, italianos, españoles, y hoy venezolanos, colombianos y haitianos, entre otros. Por ello, no podemos permitirnos dar espacio al germen de la intolerancia o del antisemitismo. En este sentido, el Movimiento BDS no debería tener espacio en nuestra sociedad. En Chile debe haber espacio para todos.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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