Opinión

Todos por la vida

  1. Capellán UC. Twitter: @hugotagle

Una grata sorpresa nos dio la Cámara de Diputados hace unos días, tras aprobar un proyecto de garantías para la niñez. Si bien hay aspectos discutibles, quiero subrayar aquí los rescatables y dignos de mención. El proyecto, que ahora será revisado por el Senado, busca definir las bases institucionales para prevenir la vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Rescato aquí algunos aspectos positivos. Por de pronto, se consagra como principio informador de la ley el derecho y deber preferente de los padres a educar a sus hijos direccionando todo el proyecto bajo esa regla. Un punto muy importante, sobre todo en un ambiente en que parecía que todo tendía a quitar los derechos paternales sobre los hijos y crear una especie de tutela estatal, contraria al más elemental sentido común.

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Además, y lo más significativo, se establece que ningún niño podrá ser discriminado arbitrariamente en razón de su desarrollo intrauterino y, segundo, se consagra la prohibición absoluta del maltrato infantil incluido el maltrato prenatal.

Estos dos incisos, aprobados por mayoría por los diputados, son un espaldarazo a la vida que está por nacer y una dificultad enorme para una posible aprobación de una ley de aborto que permita la interrupción del embarazo. Ya que, ¿qué es un aborto sino un maltrato infantil en el útero materno? Se aseguró el derecho intrínseco a la vida de todo niño y el deber de garantizar en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

En otros términos, se reconoce como persona a aquel que está por nacer, es decir, aquellos niños que tienen una patología como la espina bífida van a poder ser operados y finalmente nacer. Además, se establece la designación de un abogado especializado que defienda los derechos de los niños vulnerados, entre los cuales -siguiendo la lógica de la ley- bien podemos entender ahora a los no nacidos.

El Estado deberá tomar medidas para una plena efectividad del derecho a la salud en el sistema público, incluyendo aquellas que resulten necesarias para la promoción de una vida saludable, la prevención, tratamiento y recuperación de las enfermedades que afecten o puedan afectar a la población infantil, sea que las padezcan tanto en su desarrollo intrauterino como extrauterino. Genial. ¡Felicitaciones!

Sí resultan cuestionables y merecen revisión aspectos del proyecto relativos a una suerte de consagración del derecho a la identidad de género en los niños y el que la nomenclatura “padres y/o madres” no se definan como lo que son: en relación al hombre y a la mujer. Da a entender que un niño podría tener dos madres. Es de esperar que se modifiquen y se reafirme la calidad de padre y madre en el núcleo familiar.

Como sea, rescatando y subrayando lo positivo del proyecto de ley, es de esperar que se siga en la línea de defender la vida a cómo dé lugar, desde su concepción hasta su ocaso natural. ¡Felicitaciones diputados!

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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