- Diputada del Partido Socialista
Existen dos problemas que dañan el funcionamiento del mercado y de nuestra economía: la colusión de las empresas y la trasgresión de los derechos de los consumidores. Para abordar la colusión logramos legislar una ley que impone fuertes multas y sanciones de cárcel. Pero el fortalecimiento del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) para resguardar el derecho de los consumidores, todavía no ha podido convertirse en ley.
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Claramente los derechos de los consumidores no pueden estar sometidos a los vaivenes del ciclo económico y al arbitrio de algunos empresarios que hacen de su violación la fuente de su enriquecimiento. Por ello es tan importante el proyecto de ley que le otorga al Sernac facultades normativas, fiscalizadoras y sancionatorias de aquellas conductas que lesionen los derechos de los consumidores y así evitar la ocurrencia de estos abusos. Por ello, creemos que para fortalecer seriamente el Sernac éste debe contar con la posibilidad de regular aspectos de la ley de derechos de los consumidores y contar con un marco institucional sólido y permanente que le permita velar adecuadamente estos derechos.
Este proyecto, que se encuentra actualmente en tramitación en la comisión de Constitución del Senado, se encuentra bajo una fuerte presión de los grupos de interés empresariales y la derecha para que las facultades del Sernac sean limitadas.
La ley del Sernac no responde a razones coyunturales, sino que al convencimiento de la necesidad de fortalecer adecuadamente la institucionalidad de protección al consumidor para entregar garantías a todos los participantes del mercado y no sólo a los empresarios que tienen la posición dominante.
Dotar de “dientes” al Sernac impedirá que una serie de abusos a los consumidores queden impunes, por lo que, pese al amplio apoyo ciudadano al proyecto, no es de extrañar las críticas de algunos sectores acostumbrados a la laxa legislación actual y nostálgicos de la mera autorregulación. Es así que algunos han intentado caricaturizar los resguardos institucionales en la fiscalización o, últimamente, han sostenido que las facultades normativas representan un atentado contra el libre mercado o las facultades del legislador. Nada más lejos de la verdad.
La ley que fortalece el Sernac apunta a mejorar el funcionamiento de los mercados para otorgarles mejores bienes y servicios a los consumidores. Cuando los consumidores se ven afectados se daña la confianza, lo que afecta la economía. Por lo tanto, quienes plantean que el respetar los derechos de los consumidores viene a afectar el funcionamiento de la economía están argumentando a favor de los intereses de un tipo de empresario que se quiere enriquecer a costa de los consumidores.
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