- Cocinero en trance. Twitter: @Psyfat
Nuestro país se perfila a nivel mundial como único, tanto por su forma geográfica como por su variedad de climas. Y dentro de los casos súper especiales se encuentra el territorio insular. Ocurren peculiaridades cuando sabes que los límites de desplazamiento y operación se definen por la presencia del mar abierto en todas direcciones, como que los caminos terminan siempre en aguas profundas y olas de gran carácter.
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No hay donde escapar si quisieras, no hay mucho que temer tampoco. Isla de Pascua es un territorio único e irrepetible, hay un clima tibio y húmedo que permite gozar del ambiente marino y si la gastronomía local debe tener una bandera de lucha es en torno al infinito océano omnipresente.
Las caletas de Hanga Roa y Hanga Piko son la puerta de entrada de los productos recolectados por los pescadores, la variedad de especies no es mucha, pero sí atractiva y donde, por supuesto, el atún es el gran protagonista.
Ver llegar los grandes peces es un espectáculo. Afortunados fuimos de ver el despliegue de la familia artesanal sacando de un pequeño bote un gran pez espada de casi 300 kilos de peso. Felicidad infinita en los rostros de quienes lo capturaron con lienza y piedra después en el desposte para enviar inmediatamente los grandes trozos al improvisado mercado del centro.
La isla es un lugar de flores, el clima hace que la hierba crezca de forma vigorosa y que las flores lleguen a tamaños desbordante. El atractivo verde entre piñas y bananos rompe la monotonía de la roca volcánica siempre oscura.
Hay que entender que el aislamiento y la escasez debe promover la creatividad, hay lugares que reflejan ese espíritu ofreciendo lo mejor de los limitados ingredientes locales conjugados con técnicas e ideas traídas desde otras tierras.
Almorzamos en Te Moana, un lugar vestido de tradicionales diseños en sus muros y ornamentación, lugar también dueño de una impactante ubicación: en un alto de Hanga Roa, con desafiante cercanía a la costa y una vista al oleaje lleno de surfistas, sin comparación.
Los aperitivos están típicamente basados en frutas tropicales, las entradas se pasean entre ceviches y empanadas fritas de rellenos marinos. Ocasionalmente por ahí tímidamente también aparece el pulpo a participar. Comimos la pesca del día en distintas presentaciones: a la plancha, con salsa de ajo y papas fritas, también bañado en crema de coco y algo de piña, acompañado de un gratín de tubérculos locales donde destacan el taro y el camote. Y una versión del atún con risoto de limón y mantequilla de algas.
Hay grandes aciertos en este lugar que hacen cómplice cada trago y bocado con lo que observan tus ojos y lo que percibe el resto de tus sentidos. Porque no sólo de moais vive la isla, existe una industria del turismo que está en crecimiento y tiene toda las ganas de hacerlo cada vez más local y mejor.
Coordenadas: Te Moana, Policarpo Toro s/n, Hanga Roa, Isla de Pascua. Teléfono +56 32 2551578
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