Opinión

Corea del Norte en la mira

  1. Analista internacional

Una confrontación original: las partes se retan disparando misiles al mar. Corea del Norte expresa su malestar lanzando sus cohetes a las aguas de los mares que la rodean. Otro tanto vienen de hacer Corea del Sur y Estados Unidos que dispararon misiles al océano para demostrar “una capacidad de golpes profundos de precisión”. Es la respuesta al cohete intercontinental lanzado por Pionyang, que aspira a contar con un vector que alcance el territorio de Estados Unidos.

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Donald Trump, en su condición de candidato presidencial, impugnó al presidente Barack Obama por hacer advertencias, trazar líneas rojas como les gusta decir en Washington, que quedaban sin respuesta para los trasgresores. El caso más notorio fue el presunto empleo de armas químicas por parte del régimen sirio. A Trump le consultaron en enero por el desarrollo de un cohete norcoreano capaz de llegar a Estados Unidos. La respuesta de Trump fue: “Eso no va a ocurrir”. Ahora que al parecer ello es una realidad, queda la interrogante sobre qué hará al respecto.

Corea del Norte no es una amenaza militar para Washington y dista mucho de serlo. Hay dudas sobre el desarrollo efectivo de sus ojivas nucleares y los vectores son cohetes y no misiles, pues carecen de sistemas de puntería. Lo que está en juego, como tantas veces ocurre, es la autoridad de la nación que se percibe como el líder y responsable del orden internacional. Si el dictador norcoreano Kim Jong-un sale con la suya, Trump quedará debilitado. Lo que es más grave, también serán vulnerados los muy necesarios esfuerzos contra la proliferación nuclear.

Estados Unidos ya desplegó una fuerza de tareas encabezada por el poderoso portaaviones “Carl Vinson”. Esto no amedrentó a Pionyang. Trump está desilusionado porque China no aplicó las presiones que esperaba. Sobre el particular tuiteó: “ El comercio entre China y Corea del Norte creció casi 40 por ciento en el primer trimestre. Hasta ahí nomás China trabajando con nosotros. Pero teníamos que intentarlo”.

Nikky Haley, la embajadora de Trump ante Naciones Unidas, señaló que “Estados Unidos está dispuesto a emplear una amplia gama de capacidades… una de nuestras capacidades radica en nuestra considerable fuerza militar. La usaremos, si tenemos que hacerlo, pero preferimos no marchar en esa dirección”.

Es improbable que Corea del Norte dé su brazo a torcer. El joven Kim debe tener en mente lo ocurrido a Muamar Gadafi en Libia, que desmanteló un incipiente programa nuclear y abrió su economía a Occidente. Poco tiempo después fue depuesto en una campaña militar de quienes lo persuadieron a renunciar a su capacidad disuasiva. Piongyang ha hipotecado su desarrollo a cambio de una capacidad militar que lo blinde frente a sus enemigos.

China y Rusia se oponen a toda intervención militar contra Corea del Norte. Es poco probable que nuevas sanciones surtan efecto. Lo más viable sería abrir una negociación con los norcoreanos en que la voz cantante la lleve el nuevo presidente sudcoreano, Moon Jae-in. Un arreglo debe incluir un acuerdo de paz entre ambas Coreas. El Norte debe congelar su programa nuclear y coheteríl. El Sur, en tanto, tendrá que renunciar a masivos ejercicios anuales con Estados Unidos, así como aceptar el retiro de las tropas de dicho país.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

 

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