Por: Álvaro Bley – @alvarobley
Colectivo Alta La Frente UC – Twitter – Facebook
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Como si no fuera suficiente castigo haber visto el muy mal partido que jugamos el sábado, ahora distintos tipos de personas –unos más periodistas que otros- nos bombardean con información totalmente inútil que da cuenta estadísticamente de la mala campaña de la UC. Como si no nos hubiéramos dado cuenta, como si hubiéramos visto el partido contra San Luis o el contra Temuco o el contra la Unión y hubiéramos pensado que mira, igual la Cato está jugando bien, sólo que no se le da el gol. Como si no supiéramos ver fútbol, como si no supiéramos analizarlo, estas personas nos dicen mira, esta es la peor Católica de los últimos cuarenta años; desde que volvimos a primera división que no teníamos tan bajo porcentaje de rendimiento, desde la creación del sistema de AFPs que la Católica no tenía tan pocos goles convertidos, desde que las misas se hacían en latín de espalda a los feligreses que los laterales ganaban tan pocas líneas de fondo, etc. A todas esas estadísticas y datos inútiles les quiero decir: no me importa. No me importa, no me importa. Confío en mí mismo, en mi criterio y me basta ver los partidos para saber si el equipo jugó bien o jugó mal, no necesito estadísticas estúpidas para confirmar lo que veo en la cancha.
A todas esas estadísticas y datos inútiles les quiero decir: no me importa. No me importa, no me importa. Confío en mí mismo, en mi criterio y me basta ver los partidos para saber si el equipo jugó bien o jugó mal
Las estadísticas son para la gente que no ve fútbol. Para los que no vieron el partido, para los que «mientras esté Salas no voy a ir al estadio» y se meten a una aplicación para tener opinión sobre lo que pasó el fin de semana. Hermano, si no viste el partido, mejor no hablí y pídele a alguien que te lo cuente. Contra el Colo y la U perdimos y jugamos bien. Sí, jugamos bien. No quiero mirar números que «me muestren la verdad», con lo que vi en la cancha me basta: tuvimos tiros en los palos, recuperamos pelotas en el mediocampo, les cortamos las posibilidades de pases, ganamos línea de fondo, jugamos con inteligencia las pelotas paradas. Eso es jugar mejor que el otro y perdimos, el fútbol es así.
No me importa si con Garré nos fue mejor o si desde la ocupación gringo-isrealí del territorio palestino que nuestros delanteros hacían tan pocos goles.
Por otro lado, jugamos pésimo contra San Luis, mal contra Curicó aunque lo ganamos, sin hambre contra Temuco y así. ¿Cómo fue contra San Luis, por ejemplo? Nos presionaron arriba y Fuentes y Espinosa no se mostraron para ser ese primer pase y superar el hostigamiento rival, lo que hacía que o perdiéramos la pelota en la salida o jugáramos al pelotazo, cuando no teníamos ni al Tanque ni a Llanos para que recibieran la pelota. Eso es jugar mal, sin ideas y baja técnica para superar la contingencia. Después, con uno más, nadie filtró un pase, los delanteros no se engancharon buscando la pared, nadie se sacó a un rival de encima y en las contras la marca fue tan débil que casi sin querer nos hicieron el segundo. Mal, mal. Pero loco, hay que ver el partido para saber cómo jugamos y en qué estamos. No me importa si con Garré nos fue mejor o si desde la ocupación gringo-isrealí del territorio palestino que nuestros delanteros hacían tan pocos goles. Estamos jugando mal, este año ya fue y tenemos que ver cómo plantear el próximo. Desde lo futbolístico, seguir potenciando nuestra cantera, con la vuelta de Carreño y Rebolledo, con Lobos y Kuscevic como emblemas y Henríquez y Leiva siendo alternativas concretas en ataque. Y nosotros, como hinchas, apuntar a ser un real aporte para el club desde cada uno de nuestros espacios de acción.