- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Tele 13 Radio.
Una mujer en plena cincuentena que intenta encontrar el rumbo en sus relaciones sentimentales, pero en el camino no sólo encuentra obstáculos, sino particularmente hombres que pueden ser verdaderos peleles. ¿Cuántas películas con este tema hemos visto? (sin ir más lejos, la notable «Gloria», de Sebastián Lelio, podía entrar en esta suerte de categoría) Muchas, y sin embargo siempre es posible contarla de manera distinta, como ocurre con «Un bello sol interior», estreno francés que llega hoy a la cartelera santiaguina y se podrá ver en El Biógrafo, Cinemark Alto Las Condes, Cineplanet La Dehesa y Costanera Center.
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No sólo es una buena noticia la llegada de uno de los títulos europeos favoritos de la crítica este año, desde su estreno mundial en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, sino además es importante consignar que es el primer filmE que se exhibe comercialmente en Chile de una de las realizadoras más destacadas en el cine galo contemporáneo: la gran Claire Denis. Aunque su trayectoria de casi tres décadas y más de una docena de largometrajes la ha posicionado en un excelente nivel en el circuito del cine francés de autor, en nuestro país en salas apenas se la ha podido conocer previamente gracias a la exhibición de sus trabajos en festivales como Sanfic (incluyendo su visita para una retrospectiva en 2010) y Valdivia, o en Cine UC.
Austero, minimalista, directo y sin prejuicios, el cine de Denis siempre entrega agudas miradas a las relaciones humanas y también determinados aspectos de la sociedad que son abordados de manera naturalista. Esta nueva película, quizá más accesible al público más masivo que las anteriores, de todos modos es coherente con su carrera. Siempre atenta a los silencios, a las miradas y lo que sus personajes cargan por dentro, la cineasta configura una historia que no cede a las convenciones, y opta por seguir el ritmo y la cadencia de las conversaciones, los pequeños momentos y detalles -como una fugaz pero oportuna conversación con un taxista- y un acertado tratamiento de lo sensual, del erotismo de los encuentros cotidianos. Desde la sesión sexual del inicio a un final atípico pero efectivo y sugerente, el tan especial tono de «Un bello sol interior» tal vez no entusiasme a todos los espectadores por igual, pero la recompensa es contundente a nivel sensorial y cinéfilo.
Crucial es el aporte del afiatado elenco, encabezado por la gran Juliette Binoche, en su primera colaboración con la directora. Con su mezcla entre fortaleza y extrema sensibilidad, su Isabelle se levanta una y otra vez y en medio de su complejo proceso interno consigue transmitir empatía a la audiencia. Da gusto comprobar cómo luego de más de 30 años de carrera fílmica, decenas de premios que incluyen un Oscar y sus incursiones en producciones hollywoodenses, la Binoche conserva intacta la esencia de su talento como actriz intensa, sensible y creíble. Ya por sólo apreciarla en uno de sus mejores roles, este nuevo filme vale la pena, porque está fantástica. Pero lo bueno es que la película es aún más que eso.
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