Opinión

Fachos progres

  1. Comunicador multifacético, experto en marketing y redes sociales y emprendedor por naturaleza.

Se habla mucho del facho pobre como un concepto simplificador que engloba la votación sorpresa de la derecha el 17. La izquierda tiende a usar la etiqueta para condenar a aquellos que votan por los intereses vinculados al poder, más que al colectivo al que socialmente estos, según las viejas lecturas del “proletariado” y todos esos mundos que ya se fueron (hay que hablar de boletariado, partiendo), pertenecerían. Esa prosa setentista ya murió, hay que informarles a varios.

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El concepto “facho pobre” es, en todo caso, una visión paternalista por un lado y dolorosamente concreta, aunque le duela a muchos, por el otro. Hay gente desposeída de muchas cosas, entre ellas de un mundo más abierto. Eso también tiene relación con su nivel económico, aunque nos moleste. La clave no es ser juicioso con eso, agresivo (como lo es el concepto facho) sino escuchar cuáles son sus necesidades y por qué una dimensión conservadora de las cosas les otorga seguridad.

Quizá, pienso yo, votan como votan porque temen perder lo poco que tienen, más que arriesgar por algo. Y eso es una cultura. Y es muy difícil modificarla: el miedo, por ejemplo, las enciende. Y es lo que pasó con “Chilezuela”.

Pero salgamos un poco de lo que es “pensar a ese otro que no les gusta” y cambiarlo por mirar a los portavoces del micrófono, que pocos favores han hecho a sus propias causas.

Da mucha risa ver a íconos del progresismo poco menos dando disculpas por el uso de la frase facho pobre en público, cuando en privado piensan todo lo contrario. Para variar, es ahí cuando se devela esa tendencia rarísima de la izquierda chilena: un cristianismo mal entendido que cree que poniendo la otra mejilla va a recibir algo. En realidad, la gente quiere ver más trabajo que poesía, más acción que discurso lleno de falsa épica. Cosas concretas: ¿hay o no hay plata? Eso es concreto, para una sociedad que se mueve con eso.

Eso lo tiene la derecha, te puede gustar o no, pero está. Armaron un mecanismo y la tienen. Fin. Ésa es la cancha.

Y ese es el drama de la izquierda hoy. Yo creo que el problema no son los fachos pobres como ellos sostienen, sino los fachos progres que fantasean con un votante que no existe. Tanto es así que creen que “todos los que votaron por Beatriz Sánchez no votarían por Piñera”. A ver, ¿no conocen a nadie que sólo vaya a algo porque es nuevo y ni siquiera sepa muy bien de qué se trata? ¿No es esa la lógica de vender cosas?

Amigos: esta sociedad no es de buenismo. Es de consumidores.

Los fachos progres creen que discurseando cambian el mundo. A gritos. Esos que piensan que la plata no existe (porque no la necesitan) y la gente no la necesita y quieren obligarte a cambiar para estar acorde a lo que ellos sienten y piensan estéticamente.

Ése es el fracaso: hay mucho facho progre que cree en la coacción más que en la educación. Que cree que “no decir algo” ya es cambiar cosas. Se compraron lo del “discurso crea realidad”, pero no trabajaron en hacer realidad.

No son los fachos pobres, son los fachos progres los que aleonaron todo. Y ahora, la cobraron. Increíble, pero incierto. Que se hagan la autocrítica vendría bien, pero no la harán porque se basan en los amigos, en lo que les gusta, y si se vieran, no son los héroes. Tampoco los villanos. Pero la gente, por desgracia, no son.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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