Opinión

Un musical para cerrar el año fílmico

  1. Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Tele 13 Radio.

A comienzos del año un musical fílmico dio que hablar en la cartelera, y ahora en estos últimos días del 2017 nuevamente otro musical llega a los cines locales. Sin embargo, la recepción para ambos ha sido muy diversa: aplaudido por los críticos y el público desde su estreno mundial en la competencia del Festival de Venecia 2016, «La La Land» tuvo una contundente cosecha de premios que culminó con siete Globos de Oro y seis Oscar y deslumbró a medio mundo con el encanto atemporal de su puesta en escena y soundtrack con notorias influencias de la tradición del cine musical.

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A su vez, «El gran showman», que se estrena hoy en Chile, ha tenido críticas mixtas e incluso tibias o negativas, aunque está nominado a tres Globos de Oro y de todos modos tiene aspectos dignos de resaltar.

De partida, si siempre es un gran mérito llevar a la pantalla un musical original en vez de recurrir a un éxito ya conocido y probado previamente en los escenarios, el desafío es aún mayor si se trata del debut en el largometraje de un director.

En «La La Land», Damien Chazelle confirmó el talento que ya se vislumbraba en «Whiplash», mientras que en «El gran showman» el realizador es el debutante Michael Gracey. Contando con dos protagonistas carismáticos pero que no tenían previa experiencia en musicales en la pantalla grande, Chazelle contaba una historia sencilla que recordaba a muchas otras, y a pesar de transcurrir en la actualidad tenía un tono vintage que funcionaba muy bien. Gracey, por el contrario, tiene entre sus protagonistas a dos estrellas que ya se han fogueado en musicales cinematográficos -Hugh Jackman, además muy aplaudido y premiado cantando y bailando en escenarios de Londres y Broadway, y Zac Efron-, se inspira en un personaje real como el célebre empresario circense P. T. Barnum, y aunque su historia transcurre en el siglo XIX tiene una sensibilidad visual y sonora más contemporánea. Tal vez incluso más contemporánea de lo necesario.

En general, «El gran showman» funciona y cumple con lo que se podía esperar de ella considerando que se ambienta en el mundo del circo: visualmente es tan atractiva y colorida como era de esperar tomando en cuenta la historia y su contexto, con una lograda ambientación de época en la que sin embargo los diseños digitales pudieron ser menos obvios y notorios.

La banda sonora dejará o no satisfecho al espectador dependiendo de sus gustos musicales, ya que su tendencia notoriamente actual puede ser demasiado pop, con canciones intercambiables (pegajosas y rítmicas, sí, pero sin mayor trascendencia) y que quizá podrán funcionar en radios juveniles, pero en la práctica contribuyen a la sensación de monotonía y reiteración del filme.

Con su montaje moderno y «videoclipero», si la idea era emular en diversos aspectos lo que en 2001 consiguió «Moulin Rouge», sólo se quedaron en la intención. El resultado denota esfuerzo y entusiasmo, y algunas escenas están bien en su sentido del espectáculo, pero difícilmente dejará mayor huella en la ilustre historia del musical cinematográfico.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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