- Capellán UC. Twitter: @hugotagle
Se insiste en la necesidad de mejorar la convivencia nacional. Esa inquietud ha estado presente en muchos discursos. Se aspira en política a un «juego limpio», para resultar digna de imitar y con ello provocar una suerte de espiral virtuosa; que el ejemplo resulte atractivo y el trato entre los chilenos mejore.
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A unos días de la llegada del papa Francisco a Chile, el anhelo vuelve a resurgir, sobre todo ante la pregunta ¿con qué Chile se encuentra el Papa?
El papa Francisco viene a confirmarnos en la fe, pero también a animarnos a hacer de Chile un país donde reine la paz y esperanza. «Paz y esperanza compartida. Deseo encontrarme con ustedes, mirarlos a los ojos, ver sus rostros y poder entre todos experimentar la cercanía de Dios, su ternura y misericordia que nos abraza y consuela», dice el Santo Padre en su saludo.
Es tiempo de querernos más. Una conocida oración de la madre Teresa de Calcuta invita a ese cambio de actitud. Pide en ella que nos demos más a los demás antes que pensar en nosotros mismos. La receta de una «mejor vida» pasa por el encuentro con el otro. «Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida; cuando tenga sed, alguien que precise agua; cuando sienta frío, alguien que necesite calor. Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo; cuando la cruz que me parezca muy pesada, deja compartir la cruz del otro» dice la santa de Calcuta. El cambio de actitud pasa por el encuentro y valoración del otro. Y paradojalmente, entre más nos damos a los demás, tanto más felices somos. «Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado. Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos. Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien. Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos. Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión. Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender. Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona», señala Teresa de Calcuta.
«Quiero hacerme partícipe de las alegrías de ustedes, de las tristezas, de sus dificultades y esperanzas. Y decirles que no están solos, que el Papa está con ustedes, que la Iglesia entera los acoge, que la Iglesia los mira”, dice el Papa Francisco en su saludo a días de llegar a Chile. Nos invita a crecer en la caridad, en el amor mutuo, en la esperanza que no decepciona.
Podemos hacer de Chile un país más justo y solidario; más fraterno e integrado. Nadie sobra. El otro es fuente de mayor riqueza, de crecimiento y aprendizaje.
Lo invito a participar de la visita de Francisco a Chile. Será una ocasión de encuentro con él, pero sobre todo con el otro, entre todos, un momento de gracias para encontrarnos en los anhelos esenciales de paz, solidaridad, justicia y fraternidad ¡No se reste a la visita! Será una gran fiesta de alegría, esperanza y caridad. ¡Bienvenido papa Francisco!
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