Opinión

La eliminación de las notas y el desarrollo de habilidades blandas

  1. Gerente general de Fundación Portas

“En una reunión de padres, una mamá pregunta: ¿por qué mi hijo siempre saca cero en Matemáticas? Porque no existe una nota más baja, contesta la profesora”. Muchas veces, a través de chistes como el expuesto, nos reímos de situaciones cotidianas como el desempeño académico durante la etapa escolar. Sin embargo, no somos conscientes del dolor de cabeza que puede significar para los estudiantes tener que enfrentarse a la entrega de calificaciones, sobre todo por las expectativas y las exigencias que tenemos los adultos sobre ellos y su comportamiento escolar. Es una presión que los acompañará durante todo su etapa formativa y que tendrá uno de sus puntos altos cuando se enfrenten al proceso de selección a la educación superior, ya sea en carreras técnicas o universitarias.

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Durante marzo fuimos testigos de la innovadora decisión del Liceo Experimental Manuel de Salas de eliminar las notas como medio de evaluación del aprendizaje en primero y segundo básico y reemplazarlo por un sistema cualitativo basado en logros. Me parece que es una iniciativa que debe ser celebrada, porque disminuye frustraciones a una edad temprana, no estigmatiza a estudiantes en buenos o malos y fomenta talentos y capacidades, que muchas veces no ven la luz bajo un estricto y rígido currículum académico.

Un estudiante de seis o siete años se encuentra en pleno proceso de socialización secundaria y es donde en la interacción con sus pares, vivirá experiencias significativas con personas externas a su núcleo familiar y podrá desarrollar habilidades blandas que serán un insumo importante para los distintos roles que deba cumplir en la sociedad.

Este privilegio de tener más tiempo de recreo e interacción con compañeros de clase, en un ambiente externo al aula y lejos de la competencia de quién es el que obtiene mejores resultados académicos, propiciará habilidades como la empatía, la negociación, la comunicación verbal y no verbal, la flexibilidad, la resolución de conflictos y el pensamiento crítico, entre otras que podría enumerar.

El éxito en los planes educativos no debe entenderse sólo desde la obtención de buenos resultados académicos, sino que el estudiante debe ser observado desde su integralidad. Estudios demuestran que el desarrollo de habilidades blandas desde la infancia tiene un efecto directamente proporcional en la construcción de puentes para un futuro más exitoso, con igualdad de condiciones y oportunidades para todos, independiente del nivel socioeconómico al que se pertenece.

Ojalá todos los establecimientos educacionales del país, además de la preocupación por las notas, evaluaran y fomentaran el desarrollo de estas habilidades.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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