- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa
El cliché insiste en que «segundas partes nunca son buenas», pero en Pixar pueden tener una opinión diversa al respecto, o al menos con matices. Por un lado, la exitosa compañía productora de animación estadounidense supo cautivar con las continuaciones de «Toy Story», que, incluso, en buena medida llegaron a superar a la original, pero los resultados fueron más tibios en «Monsters University», en las secuelas de «Cars» o hace dos años en «Buscando a Dory». Afortunadamente, con su más reciente incursión en este ámbito, «Los Increíbles 2», que llega esta semana a cartelera, han vuelto a dar en el blanco.
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El principal responsable es el mismo talentoso director y guionista de la primera, el estadounidense Brad Bird, quien vuelve a la animación tras dos largometrajes con actores de carne y hueso de irregulares resultados: se lució en «Misión imposible: Protocolo fantasma», pero no convenció por completo en «Tomorrowland: El mundo del mañana». Por eso es una buena noticia que regrese, en buena forma, al género donde ha sabido brillar por derecho propio, gracias a una película que a casi dos décadas ya es un clásico de culto, «El gigante de hierro», y también con la notable «Ratatouille».
En «Los Increíbles», Bird realizó un inteligente y muy divertido homenaje al cine de superhéroes y también el de espías, y de paso consiguió un entrañable retrato familiar. Todo eso está muy bien recuperado en esta secuela, sin que parezca sólo «más de lo mismo» o un calco literal de la original que conocimos hace 14 años. Aunque los lineamientos generales no cambian demasiado, ahora un elemento muy importante es el rol preponderante que asume Helen/Elastigirl, lo que no sólo se presta para simpáticas situaciones domésticas con el Sr. Increíble y sus hijos, sino además por lo bien que este tema puede sintonizar con la actual ola de reivindicaciones femeninas.
Dinámica y con buen ritmo, espectaculares secuencias de acción, generosas cuotas de humor y un buen diseño y caracterización de personajes -tanto los que regresan, como la divertida diseñadora Edna Mode, como los que tienen aún más presencia que antes, en particular el bebé Jack Jack, que amenaza con robarse la película-, «Los Increíbles 2» funciona muy bien. Y entre sus grandes méritos vuelve a estar la excelente banda sonora del gran Michael Giacchino, quien en «Los Increíbles» encantó con su partitura de toques jazzísticos y diversos guiños al típico sonido de las películas de superhéroes y espías, y ahora reitera esa veta no sólo repitiendo los temas incidentales, sino además desarrollando otros y así consiguiendo nuevamente otro de sus sólidos aportes musicales. Y aunque será posible acceder a copias dobladas al español, nunca está de más intentar verla en las versiones originales, para apreciar no sólo las voces de actores que vuelven como Holly Hunter y Samuel L. Jackson, sino además de otras reconocidas figuras que se integran en esta secuela, como Catherine Keener e Isabella Rossellini.
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