- Directora Corporación Ciudad Accesible y asesora de Expo Inclusión
Desde 1999 trabajo por difundir la accesibilidad universal en Chile. Descubrí su importancia cuando mi propia vida familiar hizo crisis con la ciudad. Entornos que nunca me habían puesto problemas se convirtieron en hostiles cuando a nuestro grupo familiar se sumaron dos hijos en silla de ruedas. Ahí descubres que los problemas no están en las personas con discapacidad, sino en un ambiente que te recuerda, agrava y limita tus capacidades, e impide o complica realizar las actividades más básicas diariamente.
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Hoy el problema no es exclusivo de las personas con discapacidad: la tendencia en el mundo apunta hacia el diseño accesible, ya que todos somos potenciales beneficiarios de un diseño universal.
Nuestro país envejece: la expectativa de vida al nacer para el 2050 será de 86 años. Alrededor del 30% de los mayores de 75 años reporta tener alguna dificultad para desplazarse por la ciudad y un 40% se muestra insatisfecho con el estado de las veredas y calles de su barrio. Existen argumentos sociales, demográficos, legales y económicos, pero nos falta el sentido de urgencia. No podemos dejar pasar ninguna instancia de nuevo proyecto público, remodelación o reparación donde no incluyamos los mejores estándares de accesibilidad universal. Los plazos ya corren: los edificios posteriores a 1994 que sean de uso público deben adecuar sus instalaciones con parámetros accesibles antes de marzo de 2019 y el plazo para las vías públicas, plazas y pasarelas peatonales venció en febrero de este año.
Debemos avanzar en veredas dignas y despejadas, en cruces peatonales accesibles que den continuidad para llegar a destino. Incorporar flota accesible en el transporte público y en sus paraderos es una gran deuda pendiente en las regiones de Chile. Cumplir estrictamente la normativa de edificación que rige hoy en el país asegurará edificaciones accesibles que, al sumarse a otras iniciativas de reparación, nos permitirán construir una sociedad más inclusiva. Entornos accesibles pueden hacer desaparecer la discapacidad para que afloren sólo las capacidades y potencialidades de las personas.
Otro factor relevante son las barreras actitudinales, donde la mejor accesibilidad se puede anular por actitudes sociales. Este cambio no se impone, es parte de un proceso donde actividades como Expoinclusión –que se realizará en octubre en Espacio Riesco- colaboran en hacer visible una realidad presente en la vida de más de 2 millones 800 mil compatriotas. Primero “accesibles” para después poder ser “inclusivos”.
La Corporación Ciudad Accesible promueve y diseña inclusión y hoy asesora al Primer Encuentro y Congreso Nacional Expo Inclusión (www.expoinclusion.cl), que promueve el bienestar de personas con discapacidad.
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