- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
Como actor es recordado por su participación en “Bastardos sin gloria” de Tarantino, y como director se ha hecho conocido con producciones de terror como “Cabin Fever” y “Hostel”, además por estos lados por su asociación con la productora Sobras en títulos como “Knock knock”. Pero ahora el estadounidense Eli Roth revela una faceta más transversal y familiar con su nueva película, “La casa con un reloj en sus paredes”, producida por Amblin (la compañía fundada por Spielberg) y basada en una novela juvenil de John Bellairs publicada en 1973 que inició una popular saga literaria.
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Con su mezcla de lo cotidiano y lo fantástico, una estupenda dirección de arte y efectos especiales al servicio de la mágica historia que cuenta y en particular al estar protagonizada por un niño que ha quedado huérfano, es inevitable que este filme evoque al universo de “Harry Potter”, y por supuesto que hay mucho de eso en este relato de crecimiento adolescente, magos y villanos. Pero la película vale por sí misma y entretiene de buena manera gracias a su atmósfera, su buen ritmo y por supuesto a su llamativo elenco de reconocidos nombres (¿quién hubiera imaginado que Jack Black y Cate Blanchett harían tan buena dupla?) que incluye a la chilena Lorenza Izzo en un rol secundario.
Así como Roth acierta al ir en contra del estereotipo al que lo pueden asociar muchos cinéfilos, en “Hotel de criminales”, Jodie Foster, excelente actriz cuyo enorme talento no siempre es lo suficientemente aprovechado, se luce en un trabajo muy distinto a lo habitual en su filmografía. Escrito y dirigido por Drew Pearce en su debut como cineasta, este thriller de acción ambientado en el futuro en un caótico y violento Los Angeles, trata de ir más allá de las convenciones del género a costa de humor negro y el sarcasmo de sus diálogos, pero el producto final nunca llega tan lejos como pretende, aunque igual es efectivo porque no es muy largo, porque el ambiente decadente, oscuro y sórdido del hotel en que transcurre está bien logrado. Y por su ecléctico reparto, que una vez más nos recuerda que Foster se merece estar en mejores películas.
“Locamente millonarios”
Hace un cuarto de siglo que un gran estudio estadounidense no realizaba una película protagonizada exclusivamente por un elenco oriental ambientada en época contemporánea, y los resultados han sido un acierto, porque esta adaptación de un exitoso best seller de 2013 es uno de los sucesos del año en Hollywood. Con su ritmo ágil y una historia convencional pero contada de manera entretenida y dinámica por el director John M. Chu (“Los ilusionistas 2”), la primera mitad del filme da la impresión de que estamos ante una potencial joyita de la comedia romántica reciente, pero luego todo se hace un poco más esquemático y predecible y no siempre logra evitar la caricatura en su mirada a los más diversos clichés asiáticos. Sin embargo, el carisma y la buena química de su elenco y especialmente el colorido y lujoso despliegue visual de la ambientación ayudan a que “Locamente millonarios” esté muy por sobre el promedio habitual de este tipo de producciones.
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