Opinión

Tengo una casa inteligente, sin ser inteligente

  1. Comunicador multifacético, experto en marketing y redes sociales y emprendedor por naturaleza.

Mi mujer siempre se enoja por mi desorden. Me dice “Torbellino”, debido a mi incapacidad de dejar la ropa donde corresponde (de forma inmediata, me he domesticado) o el extraño poder de transformar el baño después de la ducha en una extensión de Sea World. Confieso que hasta el día de hoy hay ciertas cosas que me complican (abrocharme los zapatos o las mangas de la camisa) y al ritmo de los tiempos, donde que un hombre no haga labores domésticas es impresentable, he tratado, torpe pero empecinado, de mejorar mi comportamiento hogareño.

Sin embargo, como en Los Supersónicos, sueño que haya una suerte de banda donde uno se instale, sea duchado, vestido y salga radiante al mundo, luego de tener el desayuno generado por una suerte de Robotina. Para poder llegar a eso, esta temporada se relanzaron robots como Aibo, el perro de metal de Sony, con gestos más animales que su versión anterior, adelantando con inteligencia artificial lo que vendrá. Pero aún todo esto es inaccesible para el bolsillo común.

Lo que sí es increíble es calcular que con 500 mil pesos uno puede llegar a tener una casa inteligente. Invirtiendo esa cifra proyectada en meses, incluso se puede ahorrar plata. Vamos por partes.

El primer aparato a volver inteligente es el televisor. Google ofrece el Chromecast (unos $60.000) para que la caja idiota se conecte con el smartphone a través de un botón que transforma YouTube en una extensión de contenidos casi infinita, encima, personalizarle a través de una cuenta Google.

Para darle más espectacularidad, lo que hay que usar es un Google Home ($120.000) o un Google Home Mini ($40.000) que tienen la gracia de reconocer la voz y decirle “Google quiero escuchar tal canción” conectada a Spotify y pasarla. Preguntarle “¿como es mi día?” y ver cómo viene el calendario si tienes la opción de Calendar o pedirle un video de YouTube y engancharse a la TV automáticamente.

Ahora, con los parlantes Google Home viene una opción extra: la luz. En la tienda Enel ofrecen por $100.000 un set de Philips Hue que permite nada más y nada menos que enchufar una central e identificar las luces de la casa, incluso pidiendo que cambien de color cuando tú quieras y regular su intensidad para ahorrar dinero.

Ahora, esto es activable por voz. Sí, por voz. Y lo mejor de todo es que detecta cuál es tu voz y cuál es la de tu pareja para que lance distintos menús.

En síntesis: un parlante asistente, permite controlar por instrucciones verbales el televisor, la luz y la música en casa, ademas de acceder a podcast, noticieros de audio y datos personales.

Esto hace un tiempo era una labor compleja, pero cada vez es más notable la cantidad de elementos que se conectan a la asistencia de Google para casas. En lo personal, por mi experiencia, me parece que es la mejor en costo calidad. Otras opciones que puedes tomar: el mundo Amazon (con el subvalorado Fire Stick de televisión, un gran transformador de televisores en inteligentes) y el mundo Apple, que tiene en Siri un gran aliado para el trabajo en móviles. Y desde ahí, transformar tu hogar en un sistema inteligente.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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