- Gerente general de Fundación Portas
Hace unas semanas, en Fundación Portas tuvimos el encuentro anual de exportados, instancia que reúne a las y los jóvenes becados que egresaron de Portas y cumplieron el sueño de ser los primeros profesionales de sus familias. Durante ese encuentro, afortunadamente, tuvimos el privilegio de escuchar los testimonios de quienes han pasado por la organización y de cómo cada uno de ellos encontró en la educación la herramienta para cambiar sus historias y la de sus familias.
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Sin lugar a duda, haber contado con una red de apoyo para sortear todos los obstáculos que presenta la educación superior, les permitió escribir una historia con más oportunidades y, al mismo tiempo, los convirtió en jóvenes resilientes, ejemplos de compromiso, dedicación y emblema en la batalla contra la injusta pobreza y vieron cómo la educación les abrió puertas.
En Portas tenemos la total convicción de que la educación abre puertas y es por eso que lanzamos una campaña, con el objetivo de mostrar el trabajo que ha realizado nuestra organización en el país y la razón de por qué creemos que la educación debe ser entendida como un derecho al que todos debemos acceder.
Gracias a los destacados ilustradores nacionales Camila Ortega, Sol Díaz, Mathias Sielfeld y Jorge de la Paz logramos diseñar una campaña, que los invito a revisar, y que habla sobre justicia, inclusión, desigualdad y pobreza, basándonos principalmente en la experiencia que viven los jóvenes de los menores quintiles del país y que son, precisamente, el perfil de nuestros becados.
Un joven Portas es el primero/a en su familia en acceder a la educación superior y es la esperanza familiar de romper los círculos de pobreza. Al mismo tiempo y de la mano con la realidad nacional, un joven Portas, en su mayoría, proviene de una familia monoparental, donde la jefa de hogar es mujer y donde, además de estudiar, debe cumplir el rol de padre o madre de sus hermanos menores. Un joven Portas proviene de una familia con ingresos obtenidos de pensiones de invalidez y vejez de padres y/o abuelos, subsidios estatales y trabajos independientes en comercio informal. Un joven Portas tiene sueños y esperanzas de que la educación será la clave para abrir la caja fuerte de un mundo con mejor calidad de vida y oportunidades.
La experiencia nacional e internacional nos respalda. Según la Ocde, la educación abre puertas a la movilidad social y gracias a la misma es posible desarrollar habilidades y capacidades que permitirán superar la pobreza. Por eso, cuando un joven no puede acceder ni terminar sus estudios superiores, es una pérdida generalizada para el país, no es una pérdida individual. Y, lamentablemente, esa pérdida estará cargada, como siempre, para un lado, porque del universo de estudiantes que deserta de la educación superior, el 83% fue el primero de su familia en ingresar a este nivel educativo, cerrando así las puertas a la igualdad y equidad en el país. Los invito a creer en un país donde #laeducaciónabrepuertas.
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