Opinión

Estados Unidos: todos ganadores

  1. Analista internacional

Es un decir que las elecciones no se ganan ni se pierden, sino que se explican, Eso es exactamente lo que ocurre ahora en Estados Unidos, tras los comicios del 6 de noviembre. Ambos bandos cantan victoria. A la inversa del resto del mundo, los republicanos, la derecha, se identifican con el color rojo. Los demócratas, a la izquierda, se abanderizan con el azul que suele caracterizar a los conservadores. Más allá de la incógnita sobre qué color resultaría dominante hubo acuerdo que los resultados indicarían la aceptación de la gestión presidencial de Donald Trump, tras dos años en la Casa Blanca.

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La pronosticada ola azul no barrió el país. Pero fue suficiente para que los demócratas ganaran el control de la Cámara Baja. Ahora estará en sus manos aprobar o rechazar la ley de leyes: el presupuesto. Todo el gasto fiscal deberá contar con el visto bueno azul. Ello significa, entre otras cosas, que es improbable que Trump consiga los recursos para construir un gran muro destinado a frenar la inmigración en la frontera con México. Además, los demócratas controlarán las comisiones con potestad para investigar al presidente.

A lo largo de la campaña, que estuvo llena de descalificaciones y agravios, varios líderes demócratas prometieron escarbar en las finanzas de Trump. En especial sobre su situación tributaria. Es una tradición que los presidentes, en aras a la transparencia, exhiban sus pagos de impuestos. Algo que el actual mandatario no ha hecho hasta ahora. Trump, poniéndose el parche antes de la herida, amenazó que si se le investiga, responderá bloqueando toda cooperación con sus adversarios demócratas.

Los republicanos, a su vez, tienen de qué ufanarse. Supieron contener la marea azul y conservar sus bastiones. Siempre fue improbable que perdieran el control del Senado. Incluso lograron aumentar su representación senatorial, lo que les garantiza que podrán confirmar los nombramientos de jueces, embajadores y otros funcionarios de alto nivel.

La áspera contienda electoral dejó al desnudo la polarización del país. Ello quedó de manifiesto con fuerza en el tema migratorio. La caravana de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos sigue su ruta por México en dirección a la frontera estadounidense. La mera noción de su existencia agitó las pasiones de muchos. Trump supo explotar el nacionalismo supremacista de sus compatriotas. El despacho de miles de soldados del ejército a la frontera contribuyó a consolidar la idea del presidente de que se trataba de “una invasión”. Más aún, señaló, en la caravana de desheredados se escondían terroristas yihadistas del ISIS, el casi evaporado Estado Islámico.

En cuanto a los dos partidos, se acentúo la distancia entre ellos. Los rojos cerraron filas tras Trump, con un marcado desplazamiento a la derecha. Los demócratas, en tanto, acentuaron su diversidad con un número récor de mujeres triunfantes, en su mayoría proveniente del sector izquierdista.

Ambos sectores han consolidado sus territorios y plataformas programáticas y ya piensan en el 2020, cuando serán las próximas elecciones presidenciales. Hasta entonces, cabe anticipar un escenario político con fricciones y donde abundarán las turbulencias.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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