- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
De una manera u otra, tres estrenos de esta semana tienen que ver con el paso del tiempo, con la posibilidad de encontrar una segunda oportunidad y mejorar errores del pasado, o simplemente adaptarse a los cambios.
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De partida, «Amor de vinilo», en la que el realizador estadounidense Jesse Peretz adapta una novela de 2009, del reconocido escritor británico Nick Hornby, autor que ha tenido buenos resultados cuando ha sido trasladado al cine, en especial en la recordada «Alta fidelidad», de Stephen Frears.
Aunque en lo formal se trata de una comedia romántica muy convencional, Peretz logra inyectarle una energía especial a sus protagonistas, con el aporte fundamental de su bien afiatado elenco, en especial Ethan Hawke y Rose Byrne. Capturando bien la atmósfera de la pequeña ciudad costera donde transcurre, con buen sentido del humor, ritmo consistente y un guión que sabe reflejar bien la humanidad de sus personajes en sus errores, inseguridades, debilidades y pasos en falso.
Además, como era inevitable tratándose de una historia en la que juega un rol importante un músico, cuenta con una grata banda sonora. En conjunto, es de los buenos estrenos de su género en el último tiempo.
Por otro lado, en el ámbito de la animación, hace seis años «Ralph el demoledor» fue uno de los buenos éxitos de Disney en el último tiempo, apelando a la nostalgia a través de su ambientación en el mundo de los videojuegos ochenteros, lo que no sólo le permitió conectar con el público infantil, sino especialmente con quienes tienen entre 30 y 40 o 50 años. Ahora llega a la cartelera su simpática secuela, «Wifi Ralph», que en muchos aspectos puede ser considerada incluso mejor que la original. De partida, porque es más transversal, manteniendo a los mismos personajes, pero ahora abordando el mundo de internet, lo que da pie a un guión divertido, ingenioso, agudo y certero en su observación del mundo actual y cómo todo gira en torno a lo cibernético (desde los buscadores y los videos chistosos de YouTube hasta los implacables comentarios en redes sociales), pero sin descuidar los inevitables factores de ternura y sensibilidad.
El estreno chileno de la semana es «Calzones rotos», segundo largometraje del realizador de origen italiano Arnaldo Valsecchi, a más de dos décadas de su ópera prima, «La rubia de Kennedy».
Basada en la novela homónima de Jaime Hagel, la película mezcla el humor negro y la mirada costumbrista y picaresca con una trama que por momentos tiene contornos sórdidos, a partir de secretos familiares y deudas pendientes que viajan entre los años 20 y 50. Como comedia funciona en términos generales, destacando por su visualidad y la ambientación de época y cuenta con un llamativo elenco de distintas generaciones; sin embargo, el guión es un poco errático, lo que termina incidiendo en la puesta en escena, y a los personajes les falta mayor relieve y desarrollo. La sensación final es de un tipo de cine más anclado en otros tiempos.
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