- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
Tras aparecer en «Batman vs Superman» y «La liga de la justicia», el heredero del reino de la Atlántida tiene su película propia, «Aquaman», en la que el realizador James Wan sale de su terreno habitual -el género de terror, donde tanto éxito ha tenido con «El juego del miedo», «Insidious» y «El conjuro»- siguiendo ahora la fórmula que mejor funciona en estos filmes: un protagonista carismático y con sentido del humor, mucha acción, combates que parecen videojuegos y un par de actores de prestigio en roles secundarios, en este caso Nicole Kidman y Willem Dafoe.
Más colorido -prácticamente kitsch en su estética- que sus predecesores en las adaptaciones fílmicas del universo DC Comics, este largometraje que se extiende por casi dos horas y media seguro dejará contentos a los fans, pero a los demás no nos entusiasmará mucho, incluso pese a su apoteósica batalla final.
¿Antídotos cinéfilos contra esta enésima y grandilocuente invasión de superhéroes en la cartelera? Se puede optar, por ejemplo, por «El asesinato de la familia Borden», nueva versión de un caso criminal ocurrido a fines del siglo XIX, que ya ha sido adaptado antes, pero a la TV. Acá, el director Craig William Macneill acierta en la ambientación de época, en la creación de una atmósfera opresiva y un acercamiento aséptico y casi clínico a lo sucedido, donde destacan las sólidas actuaciones, en particular la dupla que conforman Chloë Sevigny y Kristen Stewart.
El japonés Hirokazu Koreeda ganó este año la Palma de Oro con la excelente «Shoplifters», y mientras esperamos que se estrene en la cartelera el 2019, esta temporada hemos tenido dos buenos aperitivos para apreciar sus trabajos previos: en septiembre se vio «Después de la tormenta», y ahora en algunas salas de Santiago es el turno de «Nuestra hermana menor», estrenada mundialmente en la competencia del Festival de Cannes 2015. Sutil, hermosa y conmovedora, es una nueva incursión en los terrenos habituales de este realizador nipón: relatos sencillos, entrañables y cotidianos centrados en los lazos familiares, donde quizá no pasan muchas cosas, pero se transmite cariño, y por sobre todo, humanidad.
Y aunque también se estrene en estos días en Netflix, para los cinéfilos debería ser obligatorio ir a una de las salas de Santiago -Cineteca Nacional, Cine Arte Normandie y Sala K- donde por pocos días se estará exhibiendo «Roma», la ganadora del León de Oro en Venecia que está triunfando en la temporada de premios y ya suena con fuerza para el Oscar.
Diecisiete años después de la notable «Y tu mamá también», el director Alfonso Cuarón volvió a filmar en su México natal, y el resultado no sólo está entre lo mejor de su ecléctica y atractiva filmografía, sino además merece todos los entusiastas elogios que ha estado recibiendo. Por sus logros técnicos y narrativos, por su belleza formal -el increíble blanco y negro de la fotografía, la detallista dirección de arte-, este evocador relato ambientado a principios de los años 70 es una experiencia sensorial y emotiva que amerita absolutamente ser vista en pantalla grande.
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