Opinión

Brexit en clave de tragedia

  1. Analista internacional

Cual tragedia griega el coro anuncia el desenlace fatal. Paso a paso el proceso de ruptura entre Gran Bretaña y la Unión Europea (UE), parece seguir un guion que conduce al desastre. Era claro que la propuesta del gobierno de Theresa May sería rechazado en la votación parlamentaria. Lo insólito fue que 118 de sus propios parlamentarios conservadores votaron contra la propuesta. Fue la derrota más contundente jamás sufrida por un gobierno en el parlamento.

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No bien derrotada, May se dirigió a Jeremy Corbyn, el líder de la oposición laborista, para decirle que esperaba que presentara una moción contra su gobierno. A lo cual Corbyn respondió, como se anticipaba, que buscaría tumbar al gobierno mediante la aludida moción. Una cachetada de payaso. Ambos sabían que la moción no prosperaría. Razón tenía May que logró vencer a la oposición y con ello ganar tiempo. Pero no hay nada que celebrar por ninguna de las partes. Se acerca el 29 de marzo, fecha en que Londres debe abandonar la UE, a menos que extiendan el plazo.

Hasta ahora la coherencia que exhibe la UE es notable. Los 27 países muestran una disciplina férrea. El gobierno inglés buscó, en distintos momentos, resquebrajar la unidad de sus socios del viejo continente. Los intentos por ganar aliados para la causa del Brexit no prosperaron. Los europeos tenían claro que cualquier debilidad ante la partida de los británicos no podía más que alentar la propias fuerzas centrífugas. De hecho, las corrientes que pugnan contra la unidad continental crecen en varios países.

En Francia, entre los chalecos amarillos han proliferado las consignas antieuropeas voceadas desde hace tiempo por el Frente Nacional de Marine Le Pen. Alternativa para Alemania, la emergente extrema derecha, ha puesto por primera vez en su programa político la salida de la UE. Algunas de las fuerzas derechistas, de la misma vena, están ya en el gobierno como en Italia la Liga Norte y el Partido por la Libertad en Austria.

Para la Comisión Europea, que lleva las negociaciones con el gobierno británico, el auge del antieuropeísmo reduce su margen de maniobra. En particular en Francia, el presidente Emmanuel Macron teme por los resultados de las próximas elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar en mayo. Todas las encuestas muestran un avance de los partidos nacionalistas, de extrema derecha con un claro sesgo anti UE. Para estas organizaciones el Brexit aparece como un faro en el rechazo a las estructuras burocráticas supranacionales. De allí que facilitar la salida de los británicos es percibida como un aliento a estos movimientos.

Tras los últimos desarrollos en el Reino Unido, muchos sugieren extender el plazo de abandono más allá del 29 marzo, para así buscar una salida más amigable. Pero para ello se necesita que Londres haga una propuesta aceptable para cada uno de los 27 países. La paciencia es cada vez un bien más escaso.

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