- Analista internacional
Estados Unidos ha trazado una nueva línea roja: está vedado comprar equipos 5G a la empresa china Huawei. Durante su reciente visita a Chile, Mike Pompeo, canciller estadounidense, notificó: “No tenemos confianza en estos sistemas (Huawei). Y, si ustedes los utilizan, forzarán a los Estados Unidos a tomar decisiones sobre dónde ponemos nuestra información”.
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Quinta generación o 5G es la denominación de la más avanzada tecnología de telefonía móvil. Es cien veces más rápida que la 4G actual. En términos más concretos, bajar una película que ahora toma 6 minutos tardará sólo 3 segundos. 4G permitió el desarrollo de nuevos servicios como Uber, Airbnb y otros. 5G abrirá las compuertas para los vehículos sin chofer o autónomos. Hará realidad la internet de las cosas, es decir, muchos objetos emitirán información sobre su situación y se comunicarán entre sí. Por ejemplo, los refrigeradores arrojarán un balance de sus contenidos y los productos que requieren reposición. En el caso de instituciones, esta información irá directo a las empresas abastecedoras.
La 5G que despunta anticipa una revolución en la forma en que opera la sociedad. Por lo mismo, quien lleve la delantera en este campo tendrá enormes ventajas. A tal punto es decisivo, que ya dejó el campo tecnológico y comercial para entrar de lleno en la esfera de la lucha por la hegemonía política. Washington despliega su considerable influencia mundial para frenar la adquisición de las redes de comunicaciones de Huawei. Ya no importa quién ofrece el mejor servicio al precio más conveniente.
Estados Unidos acusa a la empresa de ser un agente potencial del Estado chino. Y por esa vía, podría ser un conducto para el espionaje de Beijín. Algo que la empresa niega en forma categórica. Hasta ahora, la evidencia presentada por Estados Unidos no ha convencido a algunos de sus aliados más estrechos, como Gran Bretaña y Alemania. Ambas naciones, junto a otras, todavía estudian el tema. Las investigaciones publicadas señalan que es posible explotar ciertas debilidades conducentes a filtraciones. Pero han descartado que las redes de Huawei fueran diseñadas para la extracción de información. La empresa, a su vez, adelanta que está disponible para impedir la existencia de cualquier “puerta trasera” que permita intrusiones.
Estados Unidos podría establecer cuáles son sus exigencias en el campo de la seguridad para permitir la compra de las redes 5G de Huawei. Pero no lo ha hecho y lo más probable es que no lo hará. Washington exige a las empresas del rubro que den “un gran salto adelante” para equiparar a sus competidores asiáticos. En todo caso, en los años venideros la 5G obligará a muchos países a alinearse. Los más beneficiados serán los que logren defender sus intereses.
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