- Analista internacional
Washington anunció que asfixiará la economía de Irán. Michael Pompeo, secretario de Estado, declaró: “Nos vamos a cero”, es decir, ni una gota más de petróleo podrá ser vendida por Irán. Según Pompeo, “el objetivo es simple: privar al gobierno ilegítimo de los fondos para desestabilizar el Medio Oriente”. En concreto, Estados Unidos avanzó que no renovará las exenciones para la compra de petróleo iraní que había otorgado a ocho países, entre los que se cuentan los principales clientes iraníes como China, India y Turquía. La medida rige a partir del próximo 2 de mayo y apunta a cortar un ingreso de 50 mil millones de dólares para la atribulada república islámica, que experimentó lluvias diluvianas que han forzado a más de dos millones de personas a abandonar sus hogares. La economía está muy deteriorada con una inflación del 50 por ciento anual. En estas condiciones la decisión estadounidense, de aplicar duras sanciones a cualquier comprador de crudo iraní, representa una amenaza existencial para el régimen de los clérigos chiítas que gobiernan Teherán.
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China será el país comprador más afectado, pues obtiene cerca de 6% de su crudo en Irán, del orden de los 600 mil barriles de petróleo diarios. Geng Shuang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, advirtió que “China se opone a las sanciones unilaterales y el así llamado ‘largo brazo judicial’ impuesto por Estados Unidos”. Geng dijo que Beijing “continuará defendiendo los derechos legales y legítimos intereses comerciales chinos”. Dejó en suspenso, sin embargo, que hará su país llegado el momento crítico.
Estados Unidos ha señalado que no habrá falta de crudo en los mercados internacionales. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos suplirán los vacíos dejados por Irán y Venezuela, que también enfrenta sanciones.
Irán, a su vez, advirtió que podría cerrar el Estrecho de Ormuz, vía marítima por la cual circula cerca de un tercio del petróleo. Esto si sus buques son obstruidos en su paso en la angosta faja que da acceso al Golfo Pérsico. Hay quienes dudan que Teherán tenga la capacidad militar para impedir el tráfico por Ormuz. Pero Irán sí tiene la capacidad de lanzar misiles contra buques petroleros. Bastaría que un tanquero fuese alcanzado para gatillar una gran subida del precio del crudo. En este escenario se calcula como mínimo un alza de 30% del precio de los combustibles. La amenaza de escasez más la instantánea subida de las primas de seguro garantizarían el encarecimiento. Los altos precios favorecerían a Arabia Saudita y los demás productores. En el crítico mercado petrolero intervienen muchos actores. Estados Unidos juega una partida riesgosa. Ella puede resultar tan desestabilizante para el mercado petrolero como para sus enemigos, que buscarán que así sea.
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