- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
«Mi amigo Alexis» es uno de los títulos que más expectativas han generado del cine chileno en este 2019. Por contar con una figura tan mediática como Alexis Sánchez, pero también porque es la primera apuesta por el cine comercial de uno de los realizadores chilenos más interesantes de la última década, Alejandro Fernández Almendras, quien ha recibido premios y elogios internacionales con trabajos como «Matar a un hombre» y «Aquí no ha pasado nada». Además, es una producción con vocación familiar, algo que no abunda mucho localmente, y al margen de los trofeos y festivales, a nivel de taquilla las cifras del cine local han sido bastante decepcionantes en el último tiempo y hacen falta filmes que logren conectar con el público.
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En este caso en verdad sí hay un potencial para encantar a las audiencias. Si se entiende que no es cine con pretensiones autorales o para un nicho cinéfilo, sino con un alcance mucho más amplio, funciona muy bien. Claro que requiere algo de buena voluntad de parte del espectador en más de un momento (en algunas situaciones o personajes), pero entretiene y derrocha calidez, humanidad e incluso ternura, tiene buen ritmo y hay un notorio intento por desarrollar un guion con relieve, que aborde realidades transversales y que aunque no eluda algún estereotipo o cliché, sepa incorporarlos en la trama de manera inteligente.
En lo interpretativo, hay un buen equilibrio entre actores de probada trayectoria como Daniel Muñoz, Alexis aportando su reconocido carisma y los niños que de verdad son encantadores y espontáneos. Una producción que a primera vista tenía más de un obstáculo y prejuicio en contra, pero finalmente es más efectiva de lo que muchos esperaban.
A su vez, otro ídolo que llega a la cartelera es Elton John en «Rocketman», que recibió muchos elogios en su estreno mundial en el pasado Festival de Cannes. En verdad las críticas positivas son merecidas, así como también son comprensibles las inevitables comparaciones con «Bohemian Rhapsody», aunque finalmente son más distintas de lo que parece: quizá el alcance de Freddie Mercury y Queen es mucho más exponencial y global, cuenta con fanáticos más acérrimos y los contornos de su biografía fílmica fueron casi épicos, pero por otro lado el talento de Sir Elton también es inmenso, aún sigue vivo y en este caso la película es más sólida en términos cinematográficos y narrativos. Además es propiamente un musical, no sólo incluyendo notables y vistosos números de canto y baile, sino además utilizando de manera efectiva algunos de sus hits inmortales en el contexto de la historia.
Con una buena ambientación de época y un dinámico montaje, este cuarto largometraje del actor y realizador británico Dexter Fletcher tiene un excelente elenco en el que brilla especialmente Taron Egerton -quien ya fue dirigido por Fletcher en «Volando alto», de 2016-, exuda corazón, energía y pasión musical, y aunque está hecho para enaltecer a su célebre protagonista, no elude aspectos polémicos o ingratos de su vida.
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