- Periodista especializado en cine, programador de Sanfic y comentarista en Radio Cooperativa.
Debatibles en lo artístico pero generalmente muy exitosas en términos de taquilla, las adaptaciones «live action» que Disney continúa elaborando a partir de sus clásicos animados tuvieron uno de sus pocos ejemplos realmente satisfactorios en 2016 con «El libro de la selva», dirigida por Jon Favreau. Por lo mismo, aparecía como una buena maniobra convocar al mismo realizador para la muy esperada nueva versión de «El rey león» que llega ahora a la cartelera.
El resultado promete ser todo un éxito a lo largo del mundo, de partida porque es efectivo y de seguro cautivará tanto a los fans del filme original de 1994 como a las nuevas generaciones, especialmente por la forma en que se acerca a la fuente: así como recientemente en «Dumbo» y «Aladdin» sus directores probaron algunos cambios e innovaciones, o incluso en «El regreso de Mary Poppins» muchos cuestionaron que la secuela pretendía disimular que era una «re-versión» del clásico, en este caso se optó por una adaptación muy fiel a lo visto hace 25 años, tanto en la historia misma y sus personajes y situaciones, como en lo visual y sonoro (la música incidental de Hans Zimmer, las canciones de Elton John que ahora tienen distintos detalles para «aggiornarlas»).
Por lo tanto, los admiradores y nostálgicos de seguro quedarán felices y se emocionarán con el impresionante despliegue tecnológico que permite que las bellas locaciones africanas se hagan realidad, y especialmente que los animales ahora no tengan sus amables rasgos de caricatura, pues se optó por n notable realismo, lo que va desde la ternura del pequeño Simba y los muy divertidos Timón y Pumba, que vuelven a robarse la película, hasta unas hienas mucho más terribles y amenazadoras que en 1994 (ojo con los niños más pequeños, que se pueden asustar). Sin duda un espectáculo que vale la pena apreciar en cine, aunque en términos fílmicos se está abriendo el debate en torno a qué tan necesarias y valiosas son estas adaptaciones al margen de sus recaudaciones. Porque no se puede negar que en esta avasalladora tendencia Disney se está echando de menos mayor creatividad y menos rutina. Y a la larga, más magia y fantasía.
«En los 90»
Un prometedor debut en la realización tiene el reconocido actor Jonah Hill con este filme, estrenado mundialmente el año pasado en el Festival de Toronto y que se podrá ver exclusivamente en el Cine Arte Alameda. Ambientado en Los Ángeles de 1996, se centra en el radical proceso de transición de la niñez a la adolescencia y adultez que vive a los 13 años su protagonista. La mezcla entre lo dramático y algunos elementos de humor, así como el tono que recuerda a referentes del cine independiente estadounidense del último cuarto de siglo, conforman un trabajo interesante y de toques naturalistas, que quizá hubiera requerido un desenlace más potente o definido, pero de todos modos funciona bien, en especial por las buenas interpretaciones del elenco y la excelente banda sonora, tanto en el uso de canciones como en la música incidental compuesta por la siempre contundente dupla Trent Reznor-Atticus Ross.
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