Opinión

Columna de Rodrigo Tupper: Bien común

* Gerente general de Fundación Portas

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Escribo esta reflexión con un sentimiento de dolor en el alma. Nada puede justificar los hechos de violencia que vimos estos días, nadie tiene derecho a violentar a otra persona, ya sea en nombre de la justicia o sea a nombre de los equilibrios de los precios de mercados. La destrucción irracional de muchas estaciones del Metro, no tienen justificación alguna, terminamos siendo perjudicados todos, como tampoco, lo puede ser el mantener las causas del conflicto por el solo hecho de ejercer la autoridad. Algunas opiniones irresponsables, irreflexivas y francamente torpes de algunas autoridades sólo han ayudado a exacerbar los ánimos y no han contribuido en absoluto al bien común que están llamadas a preservar como servidores públicos, velar por el bien común es un deber y burlarse del sufrimiento diario de miles de compatriotas es irresponsable e inaceptable.

Sería muy lamentable que nuestra reflexión se quedara en aspectos superficiales, sería lamentable que sólo nos quedemos en la forma y no abordemos el fondo. Hace muchos años nos visitó un hombre bueno que nos instó a cuidar el bien común y nos urgió a entender que los pobres no pueden esperar… pero no sólo han tenido que esperar, sino que se han visto muchas veces más empobrecidos, marginados y sin esperanza. Hay muchos de nuestros conciudadanos que viven en la decepción, miedo al olvido, a la marginación a perderse en la pobreza y la desesperanza y, como reza un pensamiento poderoso, el cansancio de los buenos tiene también un límite.

Escucho las opiniones de tantos de nuestros políticos que dan pena, aferrados en sus trincheras y faltando a lo más sagrado y preciado de la actividad política como es la función pública al servicio del bien común. Pareciera ser que una mayoría muy importante de ellos, sólo está preocupada de la próxima elección para perpetuarse en su cargo, despojando a su pueblo de un mínimo sentido de esperanza que todos necesitamos para poder vivir. Una esperanza que se sustenta en la vida digna a la que todos tenemos derecho a aspirar.

Pero sería injusto mencionar sólo a los políticos, algo similar sucede con muchos empresarios y distintos dirigentes sociales. Parece que como sociedad estamos enfermos, la pérdida del sentido o del propósito de ese bien común, de dignificar la vida del otro, nos ha dañado profundamente; la avaricia, la codicia y el materialismo excesivo están ganando una batalla importante. Se hace urgente un contrato social que nos permita avanzar en la dirección adecuada, la que pone en el centro el bien común, ese que se preocupa de todas y de todos, ese que no deja a nadie atrás o al borde del camino de la indiferencia.

En esta hora difícil, necesitamos de mucha generosidad, llegar a acuerdos, escuchar las necesidades de los más vulnerados; no sólo oírlos, ver sus necesidades, no sólo mirarlos, sino dar alivio a sus vidas. Desde la sociedad civil puedo ver grandes signos de esperanza, compatriotas generosos y generosas que viven con sentido de urgencia, que trabajan infatigablemente a favor del bien común, que dedican sus talentos al servicio de las esperanzas de los más pobres, sufridos y postergados de nuestra sociedad. Que el ejemplo de tantas y tantos ciudadanos honestos y de a pie, inspiren y motiven a nuestros políticos y a nuestras autoridades para poner todos sus esfuerzos a favor del bien común de nuestro pueblo, que por mucho tiempo ha sido despojado de él.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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