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Julia Vallejos ha vivido toda su vida en la comuna de Recoleta y como en todas las elecciones acompaña a votar a su anciana madre. “La organización me parece pésima, mira mi mamá, está hipertensa y estamos haciendo la fila hace casi dos horas”, acusa.
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Una crítica generalizada a eso del mediodía en el centro de votación ubicado en la Escuela Santa Teresa de Ávila, correspondiente a la circunscripción electoral Recoleta Norte, en avenida Einstein.
“Yo llevo haciendo la cola como una hora y media, soy diabética e hipertensa y no puedo estar tanto rato de pie… nunca había pasado tanto desorden”, denuncia por su parte Virginia Vásquez, de 74 años.
Elizabeth Achurra (68 años) también reclamaba llevar esperando “hora y media y quizás más” y “que otras veces ha sido más rápido” el proceso. Aunque los ancianos mayores agradecían el hecho de que no haya hecho tanto calor como en días pasados.
Otro caso es el de la señora Juana Guajardo de 79 años, quien sufre de trombosis: “esto preocupada porque voy a tener que pagar mucho más, no sé si el taxista paró el taxímetro o lo dejó funcionando…”, expresaba acongojada.
La crítica general -en este local al menos- es que debería haber una fila especial para adultos mayores y discapacitados, mientras que en otros locales capitalinos el proceso de doblar el voto también complicó a algunos ancianos, quienes -eso sí- han destacado por su asistencia y participación.