Hay quienes dicen que los recién casados deben respirar para no matar su relación, cuestión que una novia vivió en carne propia. Amy pues llevaba pocos minutos de casada y ya se sentía ahogada, literalmente hablando, pues siguiendo el ritual “Trash the dress” (destruir el vestido), decidió lanzarse al agua y su vestido le jugó una mala pasada.
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